os mercantilistas de las guerras perpetuas están ganando la batalla a los átomos de la materia, con la cual están conformados los cuerpos de criaturas naturalmente pacifistas, por lo mismo actuando de manera indiferentes a los objetivos de las ojivas que tienen instaladas en los ojos los guerreristas corporativos, ya que estos últimos han entendido y encontrado en el sentido de sobrevivencia humana la linea reproductiva de la que emana solo odio, codicia y rencor, industrializándolas hasta el grado que se ha vuelto algo normal entre una especie que masifica y magnifica el tener sobre el ser.