leatoriamente se ha ido expandiendo un efecto deletéreo, el cual trae impregnado en los genes una especie signada por su ilimitada incomprensión de una inteligencia asignada por la evolución, supuestamente para volverla la más capacitada para modificar, para el beneficio general, un espacio que a través de sus actos viene afectando hasta el punto que lo está destrozando.