El neurólogo Pascual Sánchez explica los avances en el diagnóstico del alzhéimer, cada vez más preciso y ligado a tratamientos específicos
Itziar Pintado
21 septiembre 2024 | 11:00 h
Archivado en: Alzheimer - SEN
El alzhéimer, que celebra su Día Mundial este sábado 21 de septiembre, afecta a más de 800.000 personas en España, una cifra basada en estimaciones de la Sociedad Española de Neurología (SEN) si tenemos en cuenta el infradiagnóstico que rodea a esta enfermedad. De hecho, la enfermedad de Alzheimer precisa de un diagnóstico específico para poder diferenciarla del resto de demencias. “Los neurólogos tenemos que hacer un diagnóstico diferencial con los distintos tipos de demencia porque son enfermedades muy complejas”, explica el Dr. Pascual Sánchez, Secretario del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la SEN en una entrevista a ConSalud.es.
De hecho, cuando se realiza el diagnóstico de alguna de estas enfermedades pueden aparecen “varias mezcladas”. “Esto es lo que llamamos copatologías, que hacen que el diagnóstico a priori sea más complejo de lo que pensábamos los clínicos”, indica el experto. Esto repercute especialmente en el tratamiento. “Entramos en la era de fármacos muy específicos que van contra una determinada proteína”, sostiene, “por lo que necesitamos afinar mucho el diagnóstico y para ello necesitamos lo que llamamos biomarcadores”.
“Se está avanzando muchísimo. Estamos probando test en sangre"
Dada la especificidad de estas enfermedades, el diagnóstico del alzhéimer es uno de los temas de investigación en los que más se está trabajando. “Se está avanzando muchísimo”, asegura el experto de la SEN. “Estamos probando test en sangre”, informa el doctor, para directamente detectar las proteínas de estas enfermedades.
Este panorama ha cambiado “de la noche a la mañana” porque, hasta la fecha, “usábamos pruebas que solo estaban disponibles en hospitales con alta tecnología y que son más caras”, comenta el especialista. “Ahora mismo todo esto está cambiando y con un análisis de sangre vas a poder tener un resultado similar al de otras pruebas”, continúa. “Estos hallazgos mejoran la accesibilidad y la información de los pacientes”.
Si hablamos de la accesibilidad, el experto asegura que, mismamente en un centro de salud -aunque no sea la norma- podría detectarse algunas de estas demencias con tan solo un análisis de sangre. “Además, cada vez somos más conscientes de que necesitamos información de los pacientes, por ejemplo con las copatologías. Por tanto, necesitamos ampliar el tipo de biomarcadores de información que recogemos y no solo testar las proteínas del alzhéimer, sino también conocer si el paciente tiene un componente de párkinson o de ELA”, subraya.
Estos avances permiten precisar en el diagnóstico del paciente. “Cada vez vamos a recoger y estudiar de forma más precisa las muestras de los pacientes, lo que llamamos medicina de precisión”, puntualiza el neurólogo. “Cada paciente es distinto y cada demencia también, y de cara a plantear tratamientos vamos a ser más precisos con el diagnóstico”, añade.
AVANCES ESPERANZADORES EN LOS TRATAMIENTOS
Al igual que ocurre con el diagnóstico, también los avances en el tratamiento ofrecen esperanzas en el abordaje de esta enfermedad. “El mes que viene se celebra el congreso más importante en terapéutica del alzhéimer donde se presentarán conclusiones muy esperanzadoras sobre varios tratamientos que están en fase de investigación”, confirma el especialista en Neurología.
Por un lado, estos fármacos, aunque en fases iniciales, “están ofreciendo muy buenos resultados”, indica. Por otro, “se está diversificando mucho en el tratamiento de estas enfermedades”, porque “así como antes se centraba todo en una proteína -beta amiloide-, ahora se está testando en otros factores, como la inflamación, otras proteínas u otro tipo de patologías que se desarrollan en el cerebro”.
LA PREVENCIÓN, UN PUNTO IMPORTANTE
Pero más allá de lo positivo de estos avances, la prevención también es un paso importante en el alzhéimer. “Es fundamental prevenir estas enfermedades, porque hasta en un 45% de los casos se podrían prevenir con hábitos de vida cerebrosaludables como el ejercicio, el descanso y evitar factores de riesgo cardiovasculares como la tensión, la diabetes o el alcohol. Estas medidas son muy sencillas, pero tienen un efecto muy grande”, concluye el neurólogo.
Fuente: www.consalud.es