dentificaciones codificadas por medio de cédulas, celulares y tarjetas, sobre gentes con características asociales, y por lo mismo distintas, cumplen una función planeada, estructurada y diseñada desde hace tiempo, a partir de mentes con principios antisociales, unificadas para concentrar, acumular y bancarizar entre pocos la riqueza y fortuna global, lo cual sirve para desarrollar modelos y formas sociales que los sistemáticos poderes terrenales requieren controlar, por ello cada individuo es ficha clave, en cuanto son instrumentos relativizados, sumisos y fácilmente movibles sobre el tablero mundial de intereses y negocios, contando entonces con cada uno sometido y dominado, a través de sueños individualizados y egoístas, buscando que cumplan el papel desorientador dentro de unas masas indiferentes, ignorantes aunque gentiles, qué sí se conjuntaran para obtener unos objetivos comunales, contrarrestarían semejante proceder de manipulación total, por parte de unos movimientos ingeniosamente planeados, impidiendo consumar, mucho menos concretar, un supuesto progreso terrenal pero tan absurdo y tóxico.