eriodos viejos, largos, oscuros y violentos forjaron por medio del terror el bestial espíritu de la estrafalaria especie que rige hoy con mano de hierro al mundo creado por las fuerzas del universo, con la extravagante y única intención de extraerle hasta la última gota de savia, sangre y roca; frente a estos reiterativos sucesos de explotación son pocos los osados solitarios dispuestos a oponerse a los sistemas de producción, en poder de corporaciones que han logrado por un lado sacrificar a los que se les enfrentan y por el otro globalizar la destrucción del planeta, suponiendo éstos con su soberbia y petulancia que se podrán escapar para vivir en otro lado.