n cuanto una persona joven, que debería tener su piel tersa y lozana, ésta se le arruga aunque se la estire con cremas y menjurjes, y aún así luego se le aja, estamos ante una inequívoca señal indicadora que ella está inmersa en una larga dieta de pasiones, que le sirvan para hacer sentir las ardorosas emociones con las que se alisan y aplanan las superficies orgánicas, erosionadas y aradas por la indiferencia y el desamor.