La sublimación y la serigrafía son dos técnicas de impresión popularmente utilizadas, pero tienen diferencias significativas en su proceso, materiales y resultados.
La primera diferencia es la técnica. La sublimación es una técnica que utiliza calor para transferir tinta a materiales especiales, como poliéster o superficies recubiertas con polímero. La tinta en forma sólida se convierte en gas sin pasar por un estado líquido, lo que permite que se adhiera profundamente en las fibras del material. Un consejo importante es asegurarse de utilizar una impresora y tintas de sublimación específicas para obtener resultados óptimos y duraderos.
La serigrafía es un método de impresión que utiliza una malla de tela tensada en un marco. La tinta es empujada a través de la malla con una rasqueta, y solo las áreas abiertas de la malla permiten el paso de la tinta. Este proceso puede ser más versátil en términos de los materiales en los que se puede aplicar, incluyendo textiles, papel, madera, vidrio y más. Un buen consejo para la serigrafía es ajustar la tensión de la malla adecuadamente y usar emulsiones de calidad para garantizar una buena definición de la imagen.
Otra diferencia clave es la durabilidad del diseño impreso. Las impresiones por sublimación tienden a ser extremadamente duraderas porque la tinta se convierte en parte del material. Esto hace que las imágenes no se desvanezcan ni se desgasten con el tiempo, especialmente en tejidos de poliéster. En serigrafía, la durabilidad depende de la calidad de la tinta y el tipo de material, pero las impresiones pueden eventualmente desgastarse con lavados repetidos o fricción.
En términos de color y detalle, la sublimación permite una reproducción de colores muy vibrante y con gran detalle, ya que no hay limitaciones en la cantidad de colores que se pueden utilizar. Es ideal para diseños fotográficos o gráficos complejos. Para obtener los mejores resultados, asegúrate de que tu diseño esté en alta resolución. Por otro lado, la serigrafía es ideal para diseños con pocos colores y grandes áreas de color plano. Aunque se pueden usar múltiples colores, cada color adicional requiere una pantalla separada, lo que incrementa el tiempo y costo de producción.
La sublimación está limitada a materiales con una superficie blanca o de color claro y que contengan poliéster. No se puede aplicar en algodón u otros materiales naturales. Un consejo aquí es siempre verificar la composición del material antes de iniciar el proceso. En comparación, la serigrafía no tiene estas limitaciones y puede ser utilizada en una variedad más amplia de materiales y colores de base.
Desde el punto de vista del equipo y los costes iniciales, la sublimación requiere una impresora de sublimación, papel de sublimación, y una prensa de calor. Aunque la inversión inicial puede ser alta, es una técnica eficiente para pequeñas y medianas producciones. En serigrafía, se necesita una mesa de serigrafía, mallas, rasquetas, emulsiones, y tintas. La serigrafía puede ser más económica en producciones grandes, pero requiere más espacio y puede ser un proceso más laborioso.
La velocidad de producción también difiere. La sublimación es generalmente más rápida para pequeñas tiradas, ya que no requiere el tiempo de preparación de pantallas y el secado de tintas. En serigrafía, una vez configuradas las pantallas, es posible producir grandes volúmenes de manera eficiente, pero la preparación inicial puede ser más lenta.
Fuente: elperiodicodeyecla.com