14 noviembre 2023
- Hoy, por aquí, tenemos una temperatura ambiente de 29ºC y un bello y reluciente sol deja caer sus rayos sobre la piel de cualquiera que se atreva a mirarle a la cara.
- Hay días, como hoy, en los que si tuviera piernas (piernas útiles), me iría a la playa, me sentaría frente al mar, en la arena, con mi silla del ayer que ya descabalgué del maletero de mi viejo X1, y me leería cualquier libro que le robaría a mi vieja librería.
- Desear lo que ahora ya es imposible, recordar lo felizmente vivido y saber dónde asentar las posaderas en cada tiempo de nuestra vida, forma parte de saber cómo abrazar eso que algunos aún llamamos ser feliz aún y no siendo protagonista en cada escenario que la vida nos deje actuar.
- Me senté en un banco del paseo, sombrero de ala ancha cubriendo las perniciosas manchas de mi faz y brazos cubiertos por mi camisa de manga larga impidiendo que cualquier rayo de sol pueda seguir atacando esos círculos oscuros que cubren mi piel por donde quiera mirar mi cruel dermatóloga. Gafas de sol inmensas y ahí, bien sentado, me quedo leyendo mi libro.
- Oigo una vieja voz que me entra por mi oído bueno: "Perdón, ¿eres Enrique?" - Sí, claro (me quito las enormes gafas de sol) - "Fotre, estás irreconocible, ¿de incógnito?".
- Era mi amigo el Cura. Se sentó a mi lado y ahí, juntitos los dos (comiendo unas magdalenas que había hecho doña Virtudes), nos pusimos a charlar. No dejamos títere con cabeza y, eso sí, como a Sabina, nos dieron la una, las dos y las tres, pero de la tarde.
@etarragó
Fuente: etfreixes.blogspot.com