18 mayo 2023
- Le contaba, esta madrugada, a mi amigo el Párroco, mientras tomábamos el primer café lo que me sucedió ayer con ese chico, Daniel, y su abuelo y nos enredamos a hablar de política (como no), de devociones, de la hipocresía social, política y religiosa y ahí, soltó la taza y me preguntó: ¿Por qué mezclas ahí la religión?
- Estuve mirándolo a sus bondadosos ojos sin soltar palabra alguna, él no me esquivó la mirada, pero finalmente la bajó y empezó a hablar y lo hacía pausadamente, como si quisiera sermonearme: "Ya veo que te has asustado, acojonado o arrepentido de lo que me has dicho, Enrique, pero tienes razón, te contaría miles de casos de gente casada que viene a la Misa del domingo y que tiene una o dos aventuras fijas en cualquier lugar de la misma Playa; al pollero del pueblo XXX que vende calidad y le inyecta agua al pollo para ganar más dinero; al cura más santo de la parroquia XXX que está a punto de ser trasladado (nunca despedido) a Andalucía por pederasta manifiesto; a gentes que se les hincha la boca en público de decir que favorecen a no sé cuanta gente y que luego lo solventan con 20 € en el plato de la Misa del domingo, pero hace meses que no paga a los trabajadores no asegurados que tiene trabajando en sus casas de Elda y Novelda..."
- Y el cura siguió hablando y hablando hasta desahogarse, pero en el final de su alegato soltó algo que me ha quedado grabado: "... mira, Enrique, como decía Ingersoll “ Las manos que ayudan son más nobles que los labios que rezan" y con eso te lo digo todo."
- Es curioso saber cuanto se puede aprender, tan solo escuchando, eso que llaman: "Aprender a aprender".
Fuente: etfreixes.blogspot.com