15 mayo 2023
- Tras un fin de semana muy feliz, en familia, y mientras ojeaba viejas fotografías, anclé los deseos en saber dónde podrían estar las consecuencias de ser feliz sin haberlo sabido, ni haberlo podido celebrar nunca, es decir, perdonadme, pero estaba pensando en mis Padres, nunca tuvieron tiempo para ello.
- No hace mucho, entre uno de los cientos de libros que heredé de ellos (de mis Padres), encontré, entre las hojas de un libro memorable e ineludible (El Quijote) una de esas notas que mi Madre de su puño y letra escribía (con letra diminuta sobre papel blanco, ahora amarillento) y que aquí traslado:
"Los hijos, señor, son pedazos de las entrañas de sus padres, y así se han de querer o buenos o malos que sean, como se quieren las almas que nos dan vida; a los padres toca el encaminarlos desde pequeños por los pasos de la virtud, de la buena crianza y de las buenas y cristianas costumbres, para que, cuando grandes, sean báculo de la vejez de sus padres y gloria de su posteridad." (Miguel de Cervantes)
- Mi pesar siempre ha sido no saber si yo fui tan capaz como para ser el báculo que ellos esperaban de mí. En mi descargo (si lo hay), murieron sin avisar (como hacen todos los Padres) y que yo me fui muy joven de casa (a los 23). Nunca he dejado de quererlos y de añorarlos.
Fuente: etfreixes.blogspot.com