Por Obdulio del Valle
La humanidad es un desorden natural en pleno proceso de demolición, sin ningún paralelo a otra escala conocida en el universo, manteniéndose en permanente guerra mundial desde el instante en que se formaron los primeros seres, desde entonces han sido continuas las escaramuzas, los combates y las batallas entre las distintas especies humanas, incluyendo ataques mortales en contra de las demás especies, porque jamás ha existido un segundo de reposo, aunque hayan momentos en la historia escrita que aparentan serlo y estarlo, somos organismo de combate, adiestrados para desarrollar una lucha sin cuartel y perniciosa, nuestras acciones de toma de conciencia se tornan en simples reacciones frente a circunstancias implantadas aleatoriamente de forma regular por individuos que asumieron el papel de asesinos de congéneres ante posibles actos razonados, dejando sin sustento cualquier posible acto mesurado sobre una superficie de sucesos repetitivos e inestables, por más que existan algunas interpretaciones amables de lo que ocurre.