01 febrero 2023
- Me senté cómodamente a tomar mi café de la madrugada. Todos estaban con la taza en la mano y el periódico sobre la mesa. Al fondo se oía, tímidamente, a las presentadoras del TD de no sé qué emisora de TV (mi vista ya no es lo que era); también lejos se dejaba oír a alguien que, en la puerta del local, hablaba por teléfono y el tono era como del que pide perdón por algo que no estaba en el guion de lo "mandado" ... "es que la panadería no ha abierto todavía y..."
- A eso de las nueve, llegó el párroco y se vino directamente a mi mesa. Venía enfadado.
"Mira, Enrique, vengo de discutirme con dos chicas que han venido a la Parroquia para pedir hora para su boda, me refiero a la de ellas dos, sí, la una con la otra y ¿sabes cuál era su argumento cuando le he preguntado si estaban locas pues eso era un imposible? Pues que el Papa Francisco ha dicho esta semana pasada que el trato que se da a los homosexuales es injusto y así bla, bla, y bla. Estoy que me comen los demonios".
- No pude resistirme ... me entró una risa floja que aún no se me ha ido, lo cual me costó un reproche del Párroco que no sé si acabará apagando la velita que tiene puesta en la Parroquia para que mi salud sea eterna. Nos dimos un abrazo de despedida y al hacerlo, y en el oído bueno, me susurró: "Mañana en la Sacristía tendré un vino Moscato de Comenge que te vas a morir ... pssssss. Vente pronto y hablamos, tengo un problema gordo con un amigo tuyo".
- A continuación, se sentó en la mesa el que fuera eterno alcalde de un bonito pueblo de la Marina Alta (entonces era un buen amigo) y me dijo: "Ay, Enrique, estos HP me están buscando las heces de mi gestión y sacando papeles y cintas de audio que se hicieron hace diez años y me van a encausar". El exalcalde empezó a contar y contar... pidiendo ayuda y algún apoyo declarativo que ... "¿Vendrías a declarar en mi favor?
- Creí, de niño, que las cigüeñas traían los bebés desde París. Creí que los ideales eran puros, eternos, indeformables e intransferibles, mientras fueran utópicos. Ahora, me gustaría creer, otra vez, que los niños vienen de París.
Fuente: etfreixes.blogspot.com