16 enero 2023
- Me levanté temprano, había que batir el record de inicio de las compras en el Súper, de modo que no hubiera mucha gente en la tienda y así evitar contagios que, últimamente, van de boca en boca y de garganta en garganta de casi todos mis amigos. Antes me pasé por la Playa de mis amores para ver si seguía ahí. Hablé con ella ... "Enrique ¿por qué no vienes? últimamente apenas te veo" - me dijo.
- Con un viento terrible, intenté hablarle a la primera ola que se atrevió a retarme, pero me paré, me acordé de una vieja frase de no sé quién y me dije: "Cuidado, Enrique, no hay viento favorable para el que no sabe a dónde va."
- En el súper me encontré con la abuela de Joaquinito, una endemoniada criatura que tiene por abuela a Dora y que, de vez en cuando, a sus 66, deja ver su tipazo por las mesas del Ateneo, dejando que su niñito vaya amargándole la mañana a todos los amigos del lugar, mientras ella se contornea andando por todo el local luciendo palmito.
- Dora me preguntó tres cosas a las que no supe responder:
Una era: "¿nos podrías llevar a mi casa? se estropeó el coche y hemos venido en taxi.
La segunda era: ¿Querrás quedarte a comer? Tengo música y vídeos muy interesantes para escuchar, ver y bailar.
La tercera fue tremenda: Mañana estaré en la playa de nudistas de El Cabo de las Huertas ... ¿vendrás a vernos?
- Más tarde y como si el día me hubiera salido de premio de un juego de cualquier tómbola, me dije: hoy toca comida sencilla, a las doce (como comen los señores) y así lo hice.
- Cuando mejor estaba yo, saboreando esa comida, que no por sencilla no deja de ser mi plato favorito, una voz angelical me estaba hablando, susurrando, en el oído bueno: "Enrique, cariño, arriba, despierta que a las nueve tenemos que estar en Supercor."
Dale vida a los sueños que alimentan el alma,
no los confundas nunca con realidades vanas.
Y aunque tu mente sienta necesidad, humana,
de conseguir las metas y de escalar montañas,
nunca rompas tus sueños, porque matas el alma.
Dales vida a tus sueños, aunque te llamen loco.
No los dejes que mueran de hastío, poco a poco.
No les rompas las alas, que son de fantasía,
y déjalos que vuelen contigo en compañía.
Mario Benedetti
Fuente: etfreixes.blogspot.com