13 enero 2023
- Hace unos días un hombre al que no conocía de nada, me contó en la tertulia del café matutino, que estaba preocupado porque unos niños habían salido corriendo cuando él solo quiso devolverles un balón que se había colado en su jardín. Lo cierto es que el individuo tenía un aspecto tétrico; barba abandonada a su suerte, pelo largo mal cortado y grasoso, sombrero de ala ancha y pantalones muy largos que le tapaban casi todo el zapato. Luego me contaron que era un bendito, “excura” al cual retiraron porque le gustaban las faldas más que la confesión, pero luego se dedicó a la enseñanza con gran éxito hasta los 65 en que se retiró, además, tenía, y hoy tiene aún, una casa de acogida para drogadictos en un lugar desconocido de la Costa Blanca, el cual regenta con notable éxito, dedicación y altruismo desmedido.
- Quizás convenía decir, y le dije, que no debía preocuparse por eso, el mundo que nos rodea es hostil, egoista y maligno pero solo nosotros podemos hacerlo mejor y entonces le conté lo que vi ayer en un aparcamiento de coches frente al Hospital General de la SS en Pintor Baeza, cuando un chavalín de aspecto marroquí se acercó a una señora que se iba a montar en su coche y esta se asustó tanto al verle tan cerca, que le pegó con el paraguas hasta que se hartó, que fue cuando el morito le enseñó la carterita que al parecer a la señora se le cayó unos metros atrás cuando sacó las llaves del coche.
- Son situaciones que dejan huella; la del morito y la del Excura, ¿verdad?
- Lo peor fue ver a la señora agarrar su carterita para salir corriendo y montarse en su coche, sin mediar palabra alguna de disculpa con el “morito”.
Fuente: etarragof.blogspot.com