17 noviembre 2022
- La esperaba, tenía dudas sobre cuál sería su valor, su moral, su capacidad de dejarse querer … y llegó.
– Te reías mientras repartías tus manos por mi cuerpo, sin darme cuenta aprecié que el viento ya no azotaba mis movimientos, ni el pecado era tan deseable, los gemidos han cambiado su origen y las sombras se van amontonando sobre las cejas de los sentimientos perdidos.
– Ni las risas, ni las historias de impenitentes orgías incumplidas ayudan a mantener la atención erecta, nada está perdido, ni logrado, todo es una falsa primavera en un mundo etéreo, vulgar y poco comprometido, pero, extrañamente, feliz.
– Me empiezas a abrazar con trazos duros, gestos incomprensibles y mirada canosa, me haces ganar en respeto, pero me quitas dignidad, estilo y no sé qué más, sí, me estás poseyendo, amiga, me estás matando cada poco un poquito más, querida, sí, me estás apartando la vida, pero, a pesar de ello, te quiero nueva amiga, bienvenida, mi nueva gran querida amiga que te haces llamar vejez.
– Eres dulce persuasiva y posesiva … me matas, pero lo haces dulcemente y por eso te adoro, nunca pensé que cuando llegaras te fuera a querer tanto.
Fuente: etarragof.blogspot.com