Mujer pero vestida de hombre, monja y militar, conquistador y viajera, Catalina de Erauso y Pérez Galarraga (San Sebastián, Guipúzcoa, España, 1585 o 1592 - Cotaxtla, cerca de Orizaba, Nueva España, 1650?) forjó una vida impensable en su época.
En su retrato más conocido fechado en 1630, Catalina de Erauso aparece con atuendo soldadesco. Aunque de rostro imberbe, su mirada adusta refleja un aspecto recio y varonil.
Figura legendaria y sin duda novelesca ni la fecha de su nacimiento está clara. Según la fe de bautismo nació en San Sebastián en el año 1592 en el seno de una familia acomodada y religiosa.
Catalina ingresa en el convento de San Sebastián de las madres dominicas. En los once años que permaneció en total con las monjas, recibió cierta formación y aprendió latín.
Antes de ordenarse huye del convento, al parecer tras un altercado, se corta el pelo y transforma su hábito en un traje de hombre. Vivió la mayor parte de su vida bajo el nombre de Antonio Erauso.
Se enrola como grumete en un galeón hacia el Nuevo Mundo y exhibe un comportamiento masculino, asociado al conquistador español.
Se alista en el ejército y viaja hasta Chile donde una noche cerrada, en un duelo más, sin ver al contrario, atraviesa con su espada a Miguel, su propio hermano. Huye atravesando la cordillera de los Andes hasta llegar a Tucumán.
Obtiene algo inaudito en aquella época, una dispensa papal para poder vestirse con ropa de hombre.