04 noviembre 2022
- Hoy, esta madrugada, tropecé con mi ángel de la guarda.
- Ella se salía del cuento y yo entraba en él.
- Sin apenas tiempo de parar su elegante marcha, pude fijarme en los surcos que en sus bellos y cansados ojos había dejado su experiencia alada.
- Ella me miró, sonrió, sonreí, y yo le pregunté: ¿Qué gran día será hoy que mi alma me augura una gloria inesperada?
- Tras un corto y eterno silencio me miró y me dijo: ¡Estarás!
- Y me dormí.
Fuente: etfreixes.blogspot.com