Los paisajes reales hoy son mentales, igual sucede con la realidad, pues como miembros
e sociedades liquidas y moldeables venimos sumisamente aceptando todo lo que nos
quieran imponer, con muy escasa oposición, unas corporaciones que se adueñaron de un
mundo que parecía factible pero que ahora es ficticio, el cual ellas mismas se inventaron,
sobre un planeta que nunca fue inventariado, por lo que para la mayoría de sus habitantes
es imposible recordar todo lo que se ha perdido.