Por Pablo Przychodny.
Hoy he visto la foto que me diste un día; tu cabello negro enmarcando tu redondeado rostro moreno, destacado con EL azul- verde de tus ojos y esas cejas pobladas que resalta su brillo infinito brindando un marco de personalidad especial.
Hoy he visto la foto que me diste un día; tu sonrisa eternizada en el tiempo, con ese brillo en tus labios, guardianes de las maravillosas perlas de tu boca.
Hoy he visto la foto que me diste con timidez un día, la he guardado celosamente en mi corazón; Tu piel tersa y cálida aún transpira la emoción de nuestro primer contacto y se siente el temblor de tus miedos.
Hoy he visto la foto que diste un día, hace ya casi cuatro décadas, y en mi mente un torbellino de emociones se precipita sobre mi corazón y me emociona como aquel primer día.
Hoy, te he visto junto a mí; el tiempo ha pasado y medio siglo ya se nota en tu ser. Tu cabello es gris brillante y algunos surcos rodean tus ojos. Tu sonrisa se ve marcada con carácter y tu frente refleja la sabiduría de los años.
Hoy te he visto junto a mí; pliegues en tu piel muestran la experiencia construida con la vida. Tu vientre me cuenta cómo te convertiste en la madre de nuestros hijos y tus manos dan testimonio de que no ha sido fácil construir una vida juntos.
Hoy te he visto junto a mí; mis manos te han recorrido como muchas veces lo han hecho. Hoy he sentido con mis dedos la ternura de aquellos días, he sentido la emoción de nuestra primera caricia.
Hoy te he visto junto a mí; he mirado tus ojos y ese brillo de tu juventud eterna refulge debajo de tus cejas y cada destello llega a mi alma traspasando mi mirada y haciendo que mi corazón palpite más aprisa.
Hoy te he visto junto a mí; tu sonrisa de siempre me da confianza, me llena de paz, mata mis temores.
Hoy te he visto junto a mí; tus manos seguras me refugian y me desarman con su calidez y ternura.
Hoy te he visto junto a mí; el calor de tu cuerpo me llena y complementa el mío como pieza perfecta.
Hoy te he visto junto a mí y te he sentido, como te he sentido cada día que hemos pasado juntos.
Hoy te he visto junto a mí; te miro y siento como me encantas, como me emocionas.
Hoy te he visto junto a mí; los pliegues de tu cuerpo no me importan, las marcas en tu rostro no me incomodan pues estamos logrando lo que soñamos, envejecer juntos.
Hoy te he visto junto a mí y me alegra; me hace feliz saber y sentir que estas aquí. No importa los años que han pasado, no importa que el tiempo haya hecho mella en nuestras figuras, porque en ultimas no es como se vea tu cuerpo al final de los días, sino lo que me inspira, lo que siento, lo que estoy sintiendo cada vez que lo veo, cuando lo toco, cuando lo acaricio. Hoy he visto la foto que me diste un día, hoy te he visto junto a mí; que bueno que el tiempo nos ha pasado juntos, tomados de la mano, que bueno que el tiempo solo nos ha pasado en la piel.