Camilo José Cela trabajó para el régimen fascista del general Franco como censor.
En 1938 se ofreció como voluntario para realizar otra delicada tarea, la de soplón:
“Que queriendo prestar un servicio a la Patria adecuado a su estado físico, a sus conocimientos y a su buen deseo y voluntad, solicita el ingreso en el Cuerpo de Investigación y Vigilancia”, le decía al comisario responsable de esos asuntos.
“Que habiendo vivido en Madrid y sin interrupción durante los últimos 13 años, cree poder prestar datos sobre personas y conductas que pudieran ser de utilidad”.