Los finales de los principios siempre son los inicios de algo que nadie
enía presente, fundamento terrestre de un espacio sin tiempo,
cosa imposible, sin embargo, es el eje central sobre el cual rota una
especie inconsciente de su intrascendencia y su vana función,
ya que se ha convertido en una reproductora constante de galimatías
mentales, entre los cuales sus propios conceptos del mundo, su imagen
y del universo se unen comprimiéndose en un único compromiso,
la destrucción, para poder ser asumido de forma personal por todos
los individuos de manera general, quienes se han dedicado a pregonan
su importancia, aunque al final sepan que nada es verdad.