La pérdida de audición es un problema bastante usual, especialmente en edades avanzadas. Esto surge cuando la capacidad para percibir los sonidos, su nitidez o volumen, se ve afectada. En el momento en el que aparece la sordera se complica la comunicación, por lo que es recomendable acudir a un especialista que pueda diagnosticar la causa del problema y usar los medios disponibles para minimizar el impacto de esta condición en la vida cotidiana.
En este artículo vamos a profundizar en las causas más habituales que producen pérdida de audición para que puedas comprender un poco mejor esta patología e identificar si es lo que te está pasando a ti o a un ser querido.
¿QUÉ ES LA PÉRDIDA DE AUDICIÓN?
El oído es uno de nuestros cinco sentidos y tiene un papel muy importante a la hora de comunicarnos con otras personas o de anticiparnos al peligro. La pérdida auditiva supone una disminución de la capacidad para escuchar con claridad los sonidos o percibirlos en el volumen adecuado.
Se identifican tres tipos diferentes de pérdida de audición que son los siguientes:
Conductiva: se da en el oído externo o medio.
Neurosensorial: afecta al oído interno.
Mixta: es una combinación de las dos anteriores.
Uno de los factores que puede acelerar la aparición de la sordera es la exposición regular a los ruidos o sonidos de gran volumen, mientras que la edad también es un considerable factor de riesgo. Como esta circunstancia afecta a los órganos involucrados en la audición, se trata de algo que no suele tener solución y tiende a quedarse de forma permanente.
CUÁLES SON LOS PRINCIPALES SÍNTOMAS
Perder calidad en el sonido puede parecer algo un poco subjetivo. Por tanto, aquí te exponemos los principales síntomas para identificar una posible pérdida de audición:
La dificultad para comprender las palabras del interlocutor, especialmente en los momentos en los que hay sonidos de fondo.
Problemas para percibir las letras consonantes en el habla.
Solicitar a otras personas que se comuniquen alzando la voz o con mayor lentitud en el discurso.
Elevar el volumen de los dispositivos de audio, como los altavoces o la televisión.
Evitar participar en determinadas conversaciones por falta de nitidez en el audio.
Abandonar ciertos entornos sociales que son ruidosos por las molestias o la incapacidad para interactuar en ellos.
LAS CAUSAS MÁS COMUNES DE LA PÉRDIDA DE AUDICIÓN
Las causas de la pérdida de la audición pueden ser variadas y estas son las más comunes.
Un daño en el oído interno
El desgaste por la edad o la exposición a sonidos muy fuertes puede provocar que las neuronas de la cóclea o los vellos que protegen el oído se vean afectados. Esto tiene como consecuencia una mayor debilidad en la transmisión de las señales eléctricas que permiten oír en interpretar los sonidos.
La acumulación de cerumen
El cerumen permanece en el oído para protegerlo y es una secreción normal del cuerpo humano. Cuando este se acumula puede taponar los canales auditivos y producir una pérdida en la percepción de los sonidos. Esto puede tener buen pronóstico si se trata y se hace una limpieza a tiempo de dicho tapón.
Infecciones o tumores en el oído
Si el oído externo o el oído medio sufre una infección o la presencia de un tumor, este órgano se verá afectado y tendría como consecuencia directa la pérdida de audición en buena parte de los casos.
El tímpano roto
El tímpano es fundamental para la percepción de los sonidos. Si este se daña o se rompe a causa de un gran ruido, estruendo o un cambio repentino de presión, esto causará una pérdida de audición que no será reversible.
En la mayor parte de los casos, la pérdida de audición es imposible de curar. Lo recomendable es acudir a un especialista que determine la causa exacta y apoyarse en los dispositivos de audición externos para mejorar la comunicación cuando esto sucede, siempre bajo el criterio médico.
Fuente: rondasomontano.com