Hace siglos que la humanidad soporta las intrigas de los poderosos y sus argucias por hacerse a él. Pero, ¿realmente nos gobiernan los mejores? De ser así no atravesariamos como especie las calamidades y atrocidades que nos han acompañado a lo largo de nuestra historia. Hambre, pobreza, miseria, indolencia, crisis sanitaria, intolerancia racial y religiosa, inequidad y todo un cúmulo de problemas que pueden y podrían resolverse simplemente con algo de sentido común y voluntad política.
En las últimas décadas las situaciones difíciles se han tornado agudas para la humanidad. Lo paradójico es que tenemos o disponemos de mayores recursos tecnológicos y científicos que inciden en los procesos de producción y comunicación.
Literalmente, fue un asteroide que cayó sobre la humanidad creando tsunamis de información que terminaron sobrepasando nuestra capacidad de procesarla o asimilarla. Terminados ahogados en un cúmulo de notas y noticias irrelevantes que nos conniman a estar pendientes de una pantallita, mirando siempre hacia abajo, perdidos del horizonte de la verdad y lo realmente prioritario.
Convertidos en zombies, gobernados por inescrupulosos e ignorantes que no les importa e interesa el destino de la humanidad. Sumidos en torpes teorías psicológicas y económicas que no permiten un bienestar colectivo.
Y unas masas sumidas en su idiotez , que únicamente miran aquello que unas élites les obligan a ver. Indolentes e indiferentes ante lo prioritario y real. Habitantes de un metaverso donde lo trágico se convierte en comedia.
Miramos hacia abajo, obligados al brillo de una pantalla que nos seduce con mensajes baladies y torpes. Pasa ante nuestros ojos ensimismados sin que seamos realmente conscientes. Empresarios y políticos tramando como dioses en su papel de líderes que conciben la usura y la ganancia como único argumento de existencia.
Dejamos a un lado y condenamos aquellas voces que nos invitan a despertar, a abrir los ojos hacia esta realidad que nos maquillaron frente a las pupilas de nuestros sentidos. Quizá nuestra verdadera misión consiste en descubrir el mensaje y la voz de aquellos que nos señalan un mejor destino para la humanidad.
Estamos frente a un asteroide virtual que nos oculta la luz del saber y el conocimiento, que nos lleva a una nueva etapa de mentiras y engaños. Nuevos dinosaurios que a pesar de su grandeza y fortaleza caerán inexorablemente por los precipicios de la historia.
DESPERTAD, DESPERTAD... Parece ser el gran mensaje. Atrapados en una MATRIX concebimos amar y vivir. Ya nada es real, ni los besos ni la ternura. Ni siquiera lo afectos que nos rodean en la pantalla.
Acaso, ¿es inevitable esta hecatombe?, ¿Ya estamos irremediablemente perdidos en el vientre sarcófago de la gran bestia que consume nuestros días y noches? Terminaremos devorados por esa nueva especie que entre todos forjamos y creamos. Ellos también, las siluetas del poder que se enredan en su propio entramado de sombras.
Se hace necesario MIRAR HACIA ARRIBA, hacia nuestro ser y al alma de la humanidad. Mirar hacia arriba para rescatarnos como especie, valorarnos como habitantes de un universo y ciudadanos de una aldea que ya se hizo global.