A partir de comentarios ajenos supo que era una mujer bella,
encontrando en ellos motivos y razones para exigir prebendas,
desde entonces se expuso a las miradas, buscando ser calificada,
ya fuera en simples reuniones sociales o torneos de belleza,
de donde salía siempre bien exaltada o galardonada, incluso excitada,
al mismo tiempo privilegiada, siendo objeto de deseos lujuriosos,
entonces conoció a los hombres y sus peculiaridades sexuales,
poniendo precio a sus conceptos, subastando el cuerpo ante ellos,
de allí surgió el príncipe que soñaba, aunque resultó un fiasco,
pero no le importó, ya que tenía riquezas, y eso era más que suficiente,
así que en plena ordalía personal aparecieron inesperadamente hijos,
lo cual dio lugar al palimpsesto sobre las metas impuestas al comienzo,
educándolos bajo principios complejos, dando lugar a tremenda confusión,
pero considero que no era nada que el dinero no pudiera arreglar o corregir,
sin embargo, el rumbo de sus vidas cambió,
pues tuvo que dejarlos en manos de terceros, mientras viajaba por el mundo,
creyendo que todo estaba bajo control cuando le apareció la parca, reclamándole,
con la vida de los hijos, los errores y limitaciones de sus torvas visiones,
haciéndola ver normal, similar a cualquier ser humano,
teniendo que comer del mismo plato que contiene las frustraciones,
entendiendo que no hay nadie superior, pero todo ya estaba consumado,
aún con su orgullo mancillado hoy trata de mostrar estar por encima de los demás,
intentando convencer a su propia convicción que la culpa fue de otros,
igual que tantos otros que se creen superiores a los pobres que deben penar
por no poder amar ni vivir de un modo distinto al que han venido imponiendo,
aquellos que someten a todas las especies al infierno creado al creerse diferentes.