Una bella canción por un funeral
22 septiembre 2021
– Hoy, evocando a ese ilustre bloguero de nombre Ernesto, no me sentía nada imaginativo y no se me ocurría nada a la hora d escribir algo que fuera mínimamente leíble o cruelmente criticable. Por eso hoy nada contaré del rezo de las ocho, ni mis relaciones con la sufrida Capitana del Santo Rosario, ni de la Misa de nueve, ni tampoco de las aventuras de mis amigos del Ateneo, no, solo describiré como me he dedicado a confeccionar mi plato favorito en mi imaginaria cocina de lo que, incluso virtualmente, no debiera ser imposible:
Recoges los sentimientos, los cocinas al vapor de las esencias de tu nostalgia y les das un toque de calidad con esa salsa que solo tu alma sabe dar a todo y a todos aquellos a los que quieres, y los envuelves, una vez en su punto, en ese mismo papel de plata que abrazaba esa rosa rosa que le regalabas cada tanto a tu Madre con cualquier excusa. Luego abres los ojos te sientas en el sofá y te das cuenta que sería suficiente motivo de vida verlos allí, a tu alrededor, te basta con sentirlos cerca, con escucharlos y todo eso sucede sin que ellos lo sepan jamás. Mientras tanto, sigues ahí, pensando y deseando, que algún lejano día todos ellos puedan sentir lo mismo que yo siento con y por, ellos.
Fuente: etfreixes.blogspot.com