Cincuenta años tendrían que ser suficientes para enterarse de un error,
in embargo, la humanidad sigue inconsciente ante el dolor que causa cada horror,
aspirando a mantenerse otros cincuenta años inmersa entre una guerra impuesta,
como la supuesta guerra contra las drogas con que promueven con el terror el deshonor,
fundamentada sobre los hombros de unos esclavos,
quienes culpables de ella conducen a un planeta hacia la extinción.