Foto de Muy historia
Por Carlos Eduardo Lagos Campos.
Cuenta la leyenda que, al principio de los tiempos, Prometeo uno de los titanes del olimpo (hijo de Dios y hombre) entregó a los hombres sin autorización de Zeus el regalo del fuego, por lo que el dios entró en cólera con él y con los humanos por aceptar el regalo, por lo que planeó castigarlos.
Entonces ordenó a Hefesto crear una mujer hermosa, la primera de todas a quien llamó Pandora (el equivalente de Eva), para ello Afrodita le dio el don de la belleza, Hermes la dotó de astucia, Atenea le enseñó las artes, pero Hera le imprimió un sesgo que marcaría la historia de la humanidad para siempre y entonces la llenó de curiosidad.
Luego, Hermes llevó a la bella mujer a la tierra, la presentó con Epimeteo hermano del Titán, con quien se casó; en la boda Zeus le envió un misterioso regalo, se trataba de un Pithos o tinaja; la cual con el transcurso del tiempo se conoce como una caja. En ella Zeus le había ordenado a los Dioses que colocaran todos los males del mundo, la enfermedad, la envidia, la vanidad, el engaño; entre otros males.
Conocedor del sesgo puesto por Hera, Zeus advirtió a Pandora no abrir el Pithos bajo ninguna circunstancia; pero ella llena de una gran curiosidad, decidió abrirla para ver qué contenía. Al hacerlo, escaparon de su interior todos los males del mundo en forma de polillas; para cuando atinó a cerrarla, solo quedaba en el fondo Elpis, el espíritu de la esperanza, el único bien que los dioses habían vertido en la tinaja y entonces voló una hermosa libélula trazando estelas de color ante los ojos atónitos de Pandora.
Como en la mitología griega en Colombia los acuerdos de paz y la pandemia del coronavirus abrieron ese Pithos de dónde brotaron las polillas de la corrupción y la inequidad entre otros males que aquejan a nuestro país y lo han convertido en una verdadera caja de Pandora
Con un índice Gini de 0.526, Colombia se presenta como uno de los países más inequitativos o con distribución de ingreso más desigual de América Latina, según el Banco Mundial, Colombia sigue siendo uno de los países más inequitativos del mundo, (2020) detrás de Sudáfrica, Haití y Honduras. Luego siguen Colombia, Brasil, Panamá, Chile y Ruanda, Costa Rica y México.
Estas son las razones por las que en Colombia se ha producido un estallido social que no parará hasta que las causas desaparezcan; algo que se viene postergando desde las protestas de noviembre de 2019, donde el gobierno en lugar de atender las propuestas de los representantes del paro, les hizo un esguince con el tal conversatorio nacional; lo que hizo que esta vez todos los sectores de la sociedad rompieran con el enclaustramiento y se lanzaran a las calles en un movimiento sin precedentes que lleva mas de un mes y que deja al menos 42 personas muertas, miles de heridos, cientos han pasado días desaparecidos; según datos de la Defensoría del Pueblo. El país ha visto, de manera descarnada cientos de abusos policiales y civiles armados en Cali al lado de los policiales y por otro lado varios casos de vandalismo y también actos violentos contra los uniformados.
No se trata de una propuesta más se trata de un estallido social, la violencia se acrecienta y la economía se desmorona. ¿Cuáles serían los escenarios para salir con una agenda clara de esta situación?
Ante el carácter inédito de esta realidad resulta difícil predecir qué puede pasar. La BBC Mundo presenta tres escenarios posibles: Negocian algo, en el fondo todo sigue igual y las protestas se terminan desgastando; no logran consensos y se profundiza la violencia o negocian lo fundamental y baja la tensión. Por ello los seis puntos de la agenda del Gobierno parecieran insuficientes: Acelerar la negociación masiva, reactivación segura y social, no violencia, protección a los más vulnerables, estabilización de las finanzas públicas, matrícula cero; cuando el primero de ellos debería ser el quitarle todos los privilegios que la clase política colombiana se ha abrogado, cómo hicieron los países del norte de Europa, con unos salarios que sean consecuentes con el promedio nacional, la no posibilidad de reelección por más de dos períodos para que una vez salgan del congreso, deban seguir trabajando para pensionarse como el resto de los colombianos; que paguen sus celulares, sus teléfonos, su transporte, su hospedaje y que laven su ropa y en especial que no tengan ninguna posibilidad de decidir sobre la asignación de cargos públicos y de la contratación, qué es lo que ha generado la institucionalización de la corrupción como algo normal.
Solo así se abrirá una luz de esperanza en el largo camino que debemos recorrer para ubicar a Colombia en el pedestal que se merece, siendo uno de los países mas ricos del mundo por su ubicación geoestratégica y sus riquezas hídricas, minerales, de flora y fauna; pero especialmente de sus gentes laboriosas, alegres, serviciales, amables, perseverantes y hospitalarias que son características que nos describen y distinguen en cualquier lugar del mundo.
Volviendo a la mitología griega a pesar de que Pandora había liberado el dolor y el sufrimiento en el mundo, también había permitido que la esperanza los siguiera y como la esperanza es lo último que se pierde, esperamos que al final de este dialogo necesario vuele esa hermosa libélula de la esperanza.
P/D.
También espero que suceda en lo personal Pandora.
