Se comió al ordenanza y se jodió todo

 
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 Se comió al ordenanza y se jodió todo


WC Fields en "El dentista"

25 marzo 2021

El viernes estuve en una de mis batallas contra la salud y me doy cuenta que lo que se dice de los funcionarios es pura fantasía apoyada, en gran parte, en unas cuantas dosis de envidia, no sé si sana, como es mi caso, pero envidia. No voy a incluir a todos, claro, pero son, en la mayoría de los casos, como el agua bendita o, al menos, para mí sí lo son. Claro que no estoy hablando, ni de los inspectores de hacienda, ni del Guardia Municipal que deja aparcar a quien le da la gana en las plazas de minusválidos, ni, tampoco del mismo vicepresidente español y gran amante de la monarquía vigente, no, hablo de ese cabreado personal sanitario que siguen luchando para llevar adelante la “Sanidad de todos”, como mejor pueden y a pesar de ellos, y hablo de los de siempre, si, de esos que en lugar de aplicarse y/o dedicarse a la mejora de su desastrosa gestión, se dedican a contratar asesores, e intermediarios para las compras de cualquier bien sanitario para ver lo que les queda para el partido una vez se esmeran en emular la clásica figura del egipcio.

Pues sí, esos son mis ángeles de la guarda, los que andan corriendo de un lado a otro en "Batasblancas", (mi ciudad de la salud), aunque a veces, y no se lo tengo en cuenta, gastan mucha mala leche en el trato con algunos enfermos difíciles o poco espabilados del mecanismo de gestión hospitalaria, nivel usuario, o hacen pasar al enfermo del amigo sanitario el cual siempre lleva de acompañante a una señora que está de muy buen ver, por delante de los citados, por aquello del “no faltaría más, querida”. Pues no tuvimos cachondeo el viernes con el asunto. Claro que, en tiempos de pandemia, yo, psssss, no soy el mas indicado para quejarme de eso, precisamente. Pues bien, con todo este historial, uno de ellos me ha regalado esta nota que habla de algunos de ellos, o sea, eso es lo que se llama reírse de uno mismo o de lo que dicen los demás. Cuando me lo ha entregado me ha dicho: De esto aquí no hay, querido amigo.

Veamos:

Dos leones huyeron de un zoológico. En la huida cada uno partió con rumbo diferente. Uno fue para el monte y el otro para el centro de la ciudad. Los buscaron por todos lados y nadie los encontró.

Después de una semana y para sorpresa de todos, volvió el león que había huido al monte. Regresó flaco, famélico y con fiebre. Fue reconducido a la jaula.
Pasaron tres meses y nadie se acordó del león que se había ido para el centro de la ciudad hasta que un día el león fue recapturado y llevado al zoo. Estaba gooooordo, sano, desbordante de salud.

Al ponerlos juntos, el león que huyó para al monte le pregunta a su colega:

--¿Cómo estuviste en la ciudad tanto tiempo y regresas tan bien de salud?.

Yo que fui al monte y pese a la época de veda, no hay un solo bicho para comer.
Muerto de hambre, decidí entregarme.

El otro león le explicó:

A mí me pasó todo lo contrario.
Estoy en España, y me dije, voy a un lugar donde difícilmente me busquen y me escondí en los Ministerios.
Cada día me manducaba a un funcionario y nadie advertía su ausencia.

¿Y por qué te pescaron?... ¿Se acabaron los funcionarios?

Nada de eso... Los funcionarios públicos nunca se acaban.
Sucede que cometí un error gravísimo.
Ya había comido a 20 Asesores, 8 Directores, 5 Coordinadores, 22 Secretarias Privadas, 15 Jefes de Zona, y nadie notó que habían desaparecido.
Pero el día que me comí al Ordenanza que se encarga de servir los churros y el café... se jodió todo!!!...


Fuente: etarragof.blogspot.com
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