Quiero decirles, a los demás seres mortales,
integrantes de la especie humana,
qué todos somos inmorales, y no inmortales,
actuando cómo si no supiéramos
que nuestra actual forma de proceder,
fundamentada en el consumismo y el inmediatismo,
es la manera más fácil de acceder a una plataforma,
desde la cual nos lanzamos a deformar nuestras normas naturales,
dando entonces los pasos necesarios para partir hacia un viaje sin retorno.
Después de la iniciación ya no hay vuelta atrás,
siendo algo que todos sabemos desde niños,
desde el mismo instante que adquirimos uso de razón,
y nos crean una falsa ilusión, que nos incrustan en el corazón,
basada en el error, que hoy concluye en el temor que sentimos,
viviendo en el horror de no tener un mañana asegurado,
sabiendo que a los hijos igual los estamos impulsando directo hacia al abismo,
el mismo desde el cual hoy nos lanzamos sin atisbo
de la realidad que estamos construyendo,
con la que estamos armando, con celeridad, el futuro de toda la humanidad.