13 febrero 2021
Me decía mi querido Párroco y amigo mortal, una vez he obtenido su absolución diaria de todo pecado también mortal, que su mundo, el de su edad estudiantil, era agresivo para las cuestiones sociales, políticas y hasta libertarias, para conseguir un mundo mejor, igualitario entre sexos y de futuro inmejorable para esa condición de igualdad, pero nunca hubiera creído que en el siglo XXI el culto a la belleza de la mujer y su adoración expresada en forma verbal se hubiera convertido en un pecado, si no mortal, cuasi. Y ante mi sorpresa – y para apoyar su sermón – el siempre sorprendente enviado del Vaticano a mi linda Iglesia no cercana, me muestra en su iPhone la imagen que he colocado arriba de estas lágrimas en forma de liturgia prosaica no concebida, ni convenida, previamente.
Fuente: etarragof.tumblr.com