31 enero 2021
- Se levantó y pidió la palabra:
“Creo que ustedes no saben apreciar el don del que posee esa enfermedad de la que quieren hablarnos hoy. Macra, mi querida esposa, tiene Alzheimer, declarado desde hace, ya, cuatro años. Actualmente no me reconoce y mi reto es enamorarme de ella cada día y a su vez hacer que ella se enamoré de mí. Tras cuarenta y nueve años de matrimonio, nunca pensé que llegaría a ser tan feliz, ni que ella lo fuera a serlo tanto como lo es, ahora, cada día. Ustedes, hablan y hablan, de sus males sin importarles nada lo que les sucede a los demás. ustedes anteponen el yo a todo. No hay más que oírlos. Todos empiezan a hablar con la palabra Yo en la boca y en primer lugar. Yo creo… yo digo… aplíquense en atender el mal de los demás por encima del suyo propio. Ustedes no tienen una enfermedad, ustedes están enfermos, pero no lo saben, ustedes están enfermos por ausencia de amor. Cuídense."
- Luego, en los segundos cafés, el viejito de mi edad nos contó que su mujer no se llama Macra, se llama María, pero que le llama así porque eso es lo que para él representa: Macra quiere decir, LA QUE ENGRANDECE.
Fuente: etarragof.blogspot.com