05 enero 2021
-Pisar fuerte para agrandarlo, poner una horma ensanchadora, o bien ir de tienda en tienda buscando el de tamaño adecuado a mis méritos como humano de buen comportar y escaso conformar, pero necesariamente grande, me ha llevado toda la noche.
-El maestro zapatero al que contraté para este evento lo ha fabricado con esmero. Hecho con un poco de amor perfecto y cálido, con una montaña de sonrisas que han hecho posible crear un cuero de camello con piel de ángel, una multitud de hilo logrado con gestos de agradecimiento y con un millón de besos repartidos a mis amigos en esos inigualables “holas y adioses” en la llegada y salida de mi Ateneo.
-Pero lo mejor de lo mejor es que, en el momento de la entrega y mientras sacaba lustre a mi pedido, el Maestro Zapatero me ha enseñado mucho haciéndome tres grandes preguntas que me hicieron cambiar de opinión: ¿Enrique, estás seguro que no te equivocas de tamaño? ¿Tú crees que mereces que, a tu edad, te llamen egoísta? ¿No crees que hay un mundo distinto al que vives y que necesita mucho más que tú de este enorme Zapato?
Fuente: etfreixes.blogspot.com