....................................................................... J.L.
29 diciembre 2020
Me fijé en ella porque tenía un atractivo culo y unas formas que le hacían ser una mujer muy resultona a pesar de sus ya treinta y muchos y aunque no era mucha edad, yo entonces solo tenía 17 y me parecía muy mayor. A mi me parecía una señora adorable e inalcanzable, precisamente, por su edad.
Desde entonces y hasta hoy, empezando por ella, mi querida y adorable Avia de mis nietos, siempre me han interesado ese tipo de personas, las que muestran madurez, las que marcan tipazo, como no, pero sobretodo las que marcan un estilo embaucador en su forma de hablar, en su forma de caminar y en sus gestos, no teniendo que ser, necesariamente, un bellezón o algo parecido como diría mi admirado Gila.
Seguí su vida durante muchos años hasta que la perdí de vista y desapareció de mi vida y de mi entorno cercano, pero siempre me han gustado ese tipo de personas como la Sarandon, la Pfeiffer, la Jennifer, la Streep y otras mucho más cercanas de las que no puedo dar su nombre para que mis amigos no me endosen regalos pataneros tipo “Salvame de Luxe”, pero que siempre veo, y tengo, a muchas a mi alrededor y no son, necesariamente, todas del sexo contrario al mío. Es decir las quiero, las sigo queriendo, las sigo admirando pero sin amar. Eso es lo que quiero decir y/o explicar, siempre, donde parece que cada vez que empiezas a decir algo así no te dejan, nunca, terminar la exposición hasta el final, ya que siempre acaban cortándote con aquello tan gracioso de: “ah, pues yo …” y, ah, eso sí, te acaban contando “su libro” de modo irremediable.
Fuente: etfreixes.blogspot.com