-Apenas me pongo a observar a mi alrededor en cualquier lugar a donde llego, me doy cuenta que los métodos de comunicación entre seres humanos ha cambiado. Entré en el pasillo de los pacientes aún andantes y le pregunté a una linda pareja que yacía allí, embelesada en su tarea smartphónica: ¿Sabéis si ya ha llegado el médico? – No me hicieron ni puto caso – Insistí, un par de veces, finalmente la chica levantó la cabeza con cara del que ve a un vendedor de biblias y me dice con desgana … “No sé, pregunte ahí, en esa puerta”. Noté que le faltó valor para decirme lo que pensaba: “Y a mi que coño me pregunta.”
-Más tarde, me acerco a la Playa, intento mantenerme en pie para no caerme sobre el pasillo de tablas que allí yace y observo que mi Restaurante, al que quería ir hoy, no está abierto, ni siquiera puedo pedir mesa para la una, o las dos o las tres, ni siquiera llamando a Sabina. Pienso que la gente ya no tiene humor ni para tomar café de madrugada, como siempre así ha sido y en ese lugar.
-Finalmente me voy a Misa, sí, estaba abierto, pero no había nadie, solo Nemesia rezando y desde fuera para no contagiarse pues estaban haciendo, dentro, una limpieza general. Al acercarme vi un triángulo en el suelo: “No pasen por favor, limosnas y petición de certificados por la puerta lateral”.
-Pero cuando me he dado cuenta que ya no sé si merezco vivir en este mundo, es cuando me enteran, (me cuentan), que el vídeo-canción más oído en la historia de Youtube es el Baby Shark, habiendo desbancado, incluso, al famosísimo “Despacito“.
-Por eso y por muchas cosas más, ahora entiendo que mi amiga Lola, la Lolisima del buen gusto, (una tía con clase), haya perdido la chaveta. Quedé convencido de ello cuando anoche me mandó una nota que, a estas horas, aún no he descubierto si es una coña marinera o que realmente está totalmente “ida”, como acabaremos todos si esta pandemia dura cinco lunas más:
“Hablando seriamente: hemos de tomarnos la cuarentena con calma.
Hay gente que se está volviendo muy loca por el hecho de estar encerrada.
Justo ahora, hace un rato, se lo estaba comentando al microondas y a la tostadora mientras nos tomábamos el café y los tres estábamos de acuerdo.
A la lavadora ya no le explico nada porque a todo le da mil vueltas y a la nevera tampoco porque últimamente la noto muy fría y distante.
¡Ah! Olvidaba que he dejado de intentar hablar con la plancha ¡Se calienta por nada!
Además, acabo de poner a la báscula del baño cara a la pared y la dejaré así hasta que me pida disculpas ¡Es una exagerada de mierda!”
-Como decía Borges: “Si de algo soy rico es de perplejidades y no de certezas.”