28 octubre 2020
- Te asomas a la ventana con cierta ansiedad, buscando el aire revitalizador tras una larga noche de debate, charla, copeo casero y muchas risas. Parece que el mundo aún existe, el mal sueño de un final anticipado sobre la verticalidad polar no se ha producido.
- Notas tu propia halitosis y el sudor en piel de un sueño tormentoso.
- Un incipiente y estúpido grano en la nariz, junto al ojo izquierdo, me está matando pues no puedo apoyar las gafas sin acordarme de quien inventó esas horrorosas formas de mi querido respirador mecánico que será el culpable de ese absurdo, inoportuno y enrojecido saliente nasal.
- ¿Hambre? – Qué va, solo sed, si, una sed mala, solo agua. Ay, el pie izquierdo se acuerda de la que montaste anoche con tanto tiempo sentado.
- Cuando me asomo al espejo me dan ganas de gritar: “Coño, como me he podido hacer tan mayor”. Jo, si parezco mi Padre, qué digo, mi Padre a mi edad parecía un niño – ¿O no? – No sé. No tengo ganas de afeitarme, pero si hablo con alguien y lo hago cerca, puede morirse de una intoxicación gaseosa. Sensodyne, un enjuagador y, ah, ya estoy nuevo.
- Me asomo al salón, ella está ahí, como "endormiscada", me acerco, la miro, suspiro, me acerco para darle un beso y cuando estoy casi llegando, retrocedo, me voy al baño y me afeito. Vuelvo y la miro otra vez, ella sigue ahí, me acerco sigilosamente y le doy un largo y suave beso. Ella abre los ojos lentamente y solo me dice: "buenos días, cariño," y los vuelve a cerrar.
Yo me quedo allí, mirándola, solo observando su cara y sus formas. Mi imaginación hace el resto. Suspiro, me echo hacia atrás y me olvido, otra vez, del mundo, el de fuera.
Mi mundo está aquí, sí, sigue aquí, eso me repito una y otra vez, pensando y disfrutando del bello recuerdo de toda una vida. Trocito a trocito, me quedo postrado en el mundo ilusorio y real de mi nueva vida, si, mi vida feliz, me quedo dormido, otra vez.
Fuente: etfreixes.blogspot.com