................................................................ El cielo invisible
09 octubre 2020
- Y Manuel le dijo a María ...
- "Y si nos vamos a un lugar, tú y yo solos, donde nadie pueda encontrarnos, donde no haya colegios con niños a recoger y llevar y volver a llevar y traer; un lugar donde puedas hacer la siesta en el sofá sin que te llamen por teléfono para que salgas corriendo a Mercadona a comprar nosequé cosa que le hace falta a esa preciosidad para la cena de los niños; un lugar donde celebren nuestro aniversario de boda aunque sea en un día distinto por aquello de los horarios de todos y cada uno de ellos; un paraíso donde no seas una especie de interesado estorbo al que se usa como kleenex en baba de niño cabreado; un lugar donde hagas lo que hagas alguien te agradecerá cualquier gesto que, a pesar de tus años, aún puedas hacer; un bello lugar donde al levantarte recibas un deseado mensaje de buenos días abuelos, gracias por eso y por todo" ...
- y María le contestó ...
- "No, Manuel, no, no podemos irnos, ellos nos necesitan"...
- y Manuel bajó la cabeza, hizo un gesto de aburrido y resignado asentimiento y se fue a sus andares por la Playa, a sus charlas en el Ateneo y a sus intensas y siempre renovadoras, para su fe, conversaciones con el Párroco amante de la suya y del Marie Brizard.
- Mientras, María siguió con sus suspiros al cielo, sus dolores, su fibromialgia y su sufrir, deseándole al que guía nuestros destinos, que ellos, los suyos, sigan bien ... y que su Manuel siga queriéndola cono nadie la quiso jamás.
Fuente: etfreixes.blogspot.com