No existe crimen perfecto y sin testigo, y el tiempo es el único testigo
l cual la humanidad nunca ha podido sobornar,
porque siempre le sostiene la verdad a pesar de que utilice la vanidad,
con la que algunos seres intentan ocultarse de su paso y su trabajo,
sobre sus cuerpos, sus obras y sus actos.
La vida, aunque sea el bien más preciado que posee la humanidad,
se ha visto, hasta ahora, sometida a todo tipo de delirios de pureza y de riqueza,
sin tener siquiera la sutileza, los seres humanos que la manipulan,
de entender su grandeza sobre todas las especies que viven en el planeta,
violentando a los débiles, y exacerbando a los fuertes,
quienes a través del terror personal maquillan sus propias incapacidades de ser,
paralelamente a lo que deben, tienen y pueden hacer.