*Por: Nelson Germán Sánchez Pérez –Gersann-
Es desde el momento histórico de la humanidad llamado contemporaneidad, surgido luego de la Revolución Francesa, que en el mundo occidental hablamos de la figura del Estado, sus características, funcionamiento, el ordenamiento territorial y administrativo de este, siempre desde el pensamiento liberal imperante desde entonces para referirnos en buena medida a las organizaciones político-administrativas surgidas en el orbe.
Pero se debe hacer claridad en que abordar el tema es altamente complejo y más si se hace de su entramado administrativo, que es el engranaje mismo de su funcionamiento. Por tanto, hablar de administración pública desde el concepto administrativo del Estado es enfocarlo en directa relación con una estructura, su funcionamiento general, la burocracia y con el ejercicio de la política y el poder; su sustento en un sistema de rentas, tributario y por impuestos, pero también desde las necesidades de los ciudadanos que son cambiantes, que obligan al Estado a adquirir nuevas capacidades para dar respuesta a las mismas.
Claro, sin olvidar que todo el andamiaje administrativo se conjuga con intereses económicos, privados, corporativos y los llamados intereses superiores de la nación. Sin olvidar al país como espacio físico, las aristas de las políticas: sociales, económicos y ambientales, entre muchas otras, que se conjugan con posturas y pensamientos nacidos de distintas vertientes de las ciencias que se enlazan en ese sistema administrativo llamado Estado.
Poro por sobre todo es también “hablarlo desde el sufrimiento de todos por esa mala gestión administrativa estatal”, tal cual como lo enfatizó el brigadier general Pablo Federico Prichodny Jaramillo, en su conferencia para el Centro de Pensamiento Libre.
El general es egresado de la Escuela Militar de de Cadetes "General José María Córdova", como Subteniente en 1985. Realizó los cursos reglamentarios y reunió los requisitos de ley para ascenso, hasta obtener el grado de Brigadier General del Ejército Nacional. Posee títulos en Ciencias Militares y Administración Logística conferidos por la Escuela Militar de Cadetes y la Escuela de Logística del Ejército Nacional, respectivamente. Es especialista en Logística Empresarial, Gerencia Logística y Administración de Recursos Militares, Magister en Seguridad y Defensa Nacional, adelantó el programa de Alta Dirección Empresarial en la Universidad de la sabana y se desempeñó como Director General de la Agencia Logística de las Fuerzas Militares.
Desde su postura de oficial activo de la reserva y dada su experiencia desde distintos cargos de gran responsabilidad en esa columna estatal llamada Fuerzas Armadas, ya que entre otros ocupó el de Intendente General del Ejército de Colombia y Director de la Agencia Logística de las Fuerzas Militares.
En un interesante repaso de la actitud misma del ser humano desde el momento mismo que decide anclarse en un territorio, desarrollar actividades económicas y sociales para las cuales necesita organización, que necesariamente pasa por una administración de tiempo, recursos, clasificación del trabajo, estratificación social, habilidades y capacidades de los integrantes de esas comunidades para una mejor convivencia y su constante superación incluso de fenómenos sociales o de haber supuestamente dominado a la naturaleza, cuando lo realmente hecho es una explotación exagerada de sus recursos.
Un interesante repaso de la evolución de esa “administración”, siempre ligada a las formas de gobierno en cada una de las etapas de la evolución humana desde las monarquías, aristocracias y democracias -por imperfectas que sean-, hasta las dictaduras o manifestaciones de gobiernos constitucionalistas que esgrimen visiones de estados sociales de derecho modernos. Entendiendo que al hablar de administración pública actual debe siempre tenerse presente esa evolución, el momento histórico y el sistema de gobierno que impere.
“Y que la administración pública actual no aparece de un día para otro, si no que es producto de una evolución constante y una cantidad de elementos que han servido para estructurar las experiencias de los gobernantes y de los pueblos que han llevado a que se construya lo que conocemos hoy como la administración pública en los estados actuales”, recalcó en su intervención el Brigadier General.
En ese sentido es bueno precisar que toda transformación política tiene sus causas en situaciones casi siempre económicas y no ideológicas, en la incapacidad de responder a las necesidades de los pueblos gobernados que llevan a conformar fuerzas sociales que generan transiciones o transformaciones, a veces haciendo uso de la violencia.
La Administración pública debe verse y entenderse, por tanto, como un gran reservorio de conocimientos de otras ciencias, de experiencias personales y de matices de múltiples profesiones que coinciden precisamente en la forma en que los Estados le van a dar respuesta a las necesidades de sus asociados. Es entonces la puesta en marcha de ideas y pensamientos de muchas personas que han pasado por el servicio público, desarrollando también teorías como las de Taylor, Fallol, Weber, entre muchos otros pensadores de este campo, para generar modelos administrativos.
En busca de brindar servicio y respuesta efectiva por parte de un Estado hacia las necesidades de sus pobladores con una estructura de gobierno para lograrlo. Siempre con el propósito de cumplir dos deberes esenciales: el económico y el social. Así como siempre existe un triángulo entre sociedad, necesidades y recursos del Estado para suplirlas.
Caso Colombiano
Hablar de Administración pública, es casi entonces, hacerlo del Estado. Y para entender este es necesario tener claridad de sus elementos constitutivos: Territorio, espacio geográfico, pueblo, reconocimiento internacional, poder y soberanía. Descuidar cualquier de ellos es un error craso para el administrador político en turno.
Y precisamente de esos errores está plagada la historia colombiana, que no ha cumplido a cabalidad con los mismos y, por eso, su territorio a lo largo de los últimos tres siglos se fue disminuyendo de forma palpable como lo evidencia la evolución – o mejor- la disminución cartográfica.
Esa visión de administración se plasma en las constituciones y la evolución de los derechos y deberes contenidos en ellas. Por ejemplo, la Constitución colombiana de 1886 no tenía redactados los fines esenciales del Estado, o sea, hacia dónde debía ir en relación y con sus asociados. Es en la Constitución de 1991, artículo segundo, donde se explicitan tales fines estatales.
Pero, paradójicamente, pareciera que en Colombia desde la administración pública el primer fin del Estado mencionado allí fuera el que menos se aplica y respeta: “servir a la comunidad”.
En este punto su disertación para el CPL el brigadier Przichodny enfatiza en que se requiere superar la equivocación entre gobernar el Estado y administrar el Estado y esto tiene un efecto bastante significativo en cuanto tiene que ver con la filosofía de servicio que se da o se imparte desde el gobierno en turno a Estado.
“Por eso es tan importante que nosotros cuando miremos la administración pública no la miremos como ejercicio de gobierno si no de administración del Estado, que esa es la tarea que se le da al Presidente de la República, un ejercicio administrativo de cuatro años para que defina las políticas y elementos importantes para la sociedad”, enfatizó.
En palabras del ponente, la administración pública es un producto de objetivos, dirigido a un grupo social, que cuenta con unos recursos, requiere de una gestión, dentro de la estructura de gobierno, con sus funcionarios, para generar acciones productivas y resultados que sean medibles en términos de satisfacción de la sociedad.
Se debe hablar de satisfacción al tratar de administración pública, porque eso es lo que reclama primariamente la sociedad colombiana. Tenemos 29 años de una nueva constitución desarrollándola con un concepto de administración pública que no tiene satisfecha a la sociedad. Donde lo que se denota es una mala cantidad de fenómenos asociados a esa mala calidad de administración, muchas veces ligados a la corrupción.
Porque lo que se da es una no administración o la metástasis de lo que pueden llamarse pecados de la administración pública colombiana. El primero, o uno de ellos, es la burocracia o mejor la mala burocracia, de la cual se viene sufriendo hace muchos años. Pero muy lejano de la filosofía de que cada trabajador del Estado o del gobierno en turno debe tener su puesto de trabajo, sus funciones y estar ligado a la necesidad propia del Estado. Poro la burocracia se extendió pasando el límite de las necesidades y los recursos, tornándose inoficiosa. Aunque se ha tratado de regular a través de la función pública, ha sido ineficaz en el proceso.
Dos, la contratación por prestación de servicios, que son contratos a personas que se pagan con los propios recursos del Estado, pero que no cuentan con algunas gabelas legales como primas, bonificaciones y vacaciones, pero sí engrosan esa burocracia y los costos.
Tercero, la administración pública es víctima de la política electoral, la politiquería de grupos y partidos a través de las cuotas políticas que son esa “representatividad” de los intereses politiqueros por pagar favores o mantener su caudal electoral a través de puestos del Estado. Funcionarios que muchas veces se deben esa a la casa política que nos nombró y no al cumplimiento de la función legal del Estado para con los demás ciudadanos. Los cargos de libre nombramiento, que son una especie de carrusel para pagar favor por año.
Otro de los pecados desde la administración pública es que no conocen su país, su geografía, la realidad de sus territorios, las potencialidades de sus provincias entonces hay imposibilidad de dirigir lo que no se conoce.
Así mismo, la corrupción es otro de esos pecados, no solo como el acto de pedir o recibir dinero para llevar a cabo algunas de las funciones propias del cargo que se ocupa para beneficiar intereses particulares en uno y otro sentido, si no también con el hecho de demorar procesos, transpapelar documentos, poner trabas innecesarias a los procedimientos.
Existe un excesivo centralismo y cortoplacismo en proyectos y planes. Todo se piensa con el cristal de los votos y la cultura electoral desde esa administración pública.
A la administración pública hay que prestarle atención, porque los Estados se consideran seres vivos, que nacen, crecen y pueden desaparecer a causa de una mala administración, comentó el Brigadier Prichodny en su intervención. Por eso, una mala gestión de la administración pública impide ejercicios propios de soberanía sobre el territorio y la presencia real del Estado en muchas zonas para poder dar soluciones a las necesidades de los ciudadanos.
El concepto de frontera incluso desde la administración pública debe cambiarse y ser un poco más enfocada como se hace en otras partes del mundo, incluso de países latinoamericanos como Brasil, donde se expone que la frontera de Brasil es el lugar donde vive el último de sus ciudadanos; es decir, miran hacia afuera. Mientras que en Colombia tenemos un sentido absurdo de mirar hacia el centro, hacia la montaña y no hacia el horizonte, hacia el mar, la frontera; y esa es la consecuencia de la pérdida importante de territorio por causa de la mala administración al tener frontera abandonadas, mares y puertos poco desarrollados. Ejemplo de ello, el no tener industria marítima propia.
Nuestras carreteras son longitudinales, es decir, de norte a sur, no transversales que vaya de oriente a occidente. Es un problema ir de Medellín a Quibdó o de Pasto a Tumaco, no existe una conexión de todo el territorio ni mucho menos de costa a costa, por lo cual es evidente el poco desarrollo de la industria pesquera o los puertos en el país como generadores de riqueza y bienestar en esas zonas geográficas. Ese también es parte del problema administrativo en cuanto a su miope visión sobre la importancia de las costas y mares y su evidente descuido presencial sobre ellos.
¿Qué hacer para mejorar?
Para corregir buena parte de los pecados de la administración pública en nuestro país, lo primero que se debe asegurar es que a dichos cargos, tanto de elección popular, designación o nombramiento en planta lleguen las personas más idóneas en conocimientos, capacidades, actitudes y aptitudes como en principios éticos y de servicio.
No se trata de acabar la carrera pública en Colombia, por el contrario, la función del Departamento Administrativo de la Función Pública debe seguirse fortaleciendo por ser el ente regulador del servicio público, de los concursos de méritos, del engranaje legal y procedimental para quienes quieran optar por un cargo de carrera al servicio del Estado desde el ámbito local departamental o nacional en cualquiera de las ramas del Estado.
Que a estos cargos se lleguen mayoritariamente por concursos públicos y abiertos, que correspondan a la necesidad real de puestos de trabajo de cada institución, con los perfiles adecuados para cada uno de ellos cumpliendo con aquello de que cada persona tenga su sitio de trabajo y sus funciones exactas y reales que cumplir “que no se den puestos solamente por cumplir con un compromiso burocrático o de campañas”, señaló el expositor.
“Por que lo que también es cierto es que muchas personas llegan a esas entidades en libre nombramiento y remoción o por prestación de servicios y muchas veces no tiene ni qué hacer ni sabe cuáles son las tareas a desarrollar porque no existen tale”, indicó Pablo Prindchony.
Personas que van de puesto en puesto de entidad en entidad, para cumplir el periodo de elección de su jefe político, sin dejar nada positivo ni un aporte real de servicio al ciudadano y sus necesidades, señaló. “claro que también hay que reconocer que en algunas ocasiones llegan gente que sí aporta y deja una buena impresión al servicio público”, comentó el interviniente Prichonny Jaramillo.
Por último, el tamaño del Estado debe reducirse drásticamente, ajustarse a las necesidades reales de la nación, no crear para cada supuesta necesidad una entidad si no que las tareas y competencias sean asumidas por quienes ya hacen parte del mismo y tienen las competencias y perfiles técnicos para desarrollarlas, porque con ello se evita alimentar la máquina burocrática y ensanchar su tamaño.
La presentación del brigadier general Pablo Federico Prichodny Jaramillo, hace parte de un ciclo de conferencias del Diplomado de Pensamiento Critico que adelanta el centro de pensamiento Libre, junto a catedráticos consagrados de la talla del Coronel Carlos Alfonso Velásquez, PhD. Carlos Santa María, Abogado Carlos Eduardo Lagos, Literato Pablo Emilio Obando, Geólogo Juan Carlos Zúñiga, Científico Alberto Quijano Vodniza, Filosofo Absalón Cabrera, Arquitecto Javier Andrés Delgado Garzón, Periodista y Abogado Guillermo Pérez Flórez, Magistrada PhD. María Victoria Quiñonez, el Coronel Rafael Caicedo, los coach Deya Pinilla de Mantilla y Albeiro Herrera Castaño y el Ingeniero agrónomo Octavio Cruz quienes han contribuido con sus ponencias relacionadas con el relativismo y la verdad, Geopoder, la Equicracia, el pensamiento crítico y la argumentación, el origen del universo, la evolución, las edades geológica de la Tierra, las extinciones masivas, el origen del pensamiento, la chispa creativa, el pensamiento mítico, mágico y religioso, la posibilidad de vida en el universo. Pensadores clásicos y modernos, la revisión crítica del Hombre en el marco de las políticas neoliberales, la influencia de los medios en el pensamiento, la revisión crítica de la política en Colombia, una visión y practica de una justicia moderna respectivamente, cualidades del pensador crítico, el pensamiento ontológico, el hombre, el medio ambiente y una visión critica al modelo educativo ; respectivamente.
Bienvenidas todas estas interesantes propuestas alternativas para hacer de la Humanidad un mundo de justicia y prosperidad, con el aporte desinteresado del pensamiento Libre y crítico.
*El Centro de Pensamiento Libre, es una entidad privada, sin ánimo de lucro; conformada por profesionales de diferentes disciplinas al servicio de la comunidad, abierta a todas las personas sin distingo de raza, sexo, nacionalidad, credo o filiación política, organizando y realizando todo tipo de actividades encaminadas al fortalecimiento de la Democracia, la Libre Empresa, la búsqueda del Bienestar de las Personas menos favorecidas en pro de la Convivencia Pacífica, el Desarrollo Socio Económico y la búsqueda de la Concordia Nacional
*Conferencista el brigadier general de la reserva activa Pablo Federico Przichonny Jaramllo egresado de la Escuela Militar de Cadetes en el año 1985 especialidad logística profesional en ciencias militares, en administración logística, especialista en logística y de recursos para la defensa, magister en seguridad y defensa nacional de la escuela superior de guerra.
Cargos 35 años de carrera militar, docente de la escuela, delegado ante la junta de defensa en Whasigton, gerente administrativo proyecto ruta de los libertadores, intendente general del Ejército Nacional Director General de la Agencia Logística de las Fuerzas Militares de Colombia
