DICTADURAS COLOMBIA Y VENEZUELA DOS HISTORIAS PARA CONTAR

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DICTADURAS 
COLOMBIA Y VENEZUELA  
DOS HISTORIAS PARA CONTAR


*Por Pablo Przychodny Jaramillo

Que complicado abordar el tema de las dictaduras en una página y más si de comparaciones se trata pero hablar de dictaduras en Colombia tiene una connotación muy diferente de hablar sobre este tema en Venezuela en donde históricamente este fenómeno ha sido recurrente: pero para entrar el tema es importante definir que hace que un gobernante sea un dictador o que el sistema sea una dictadura. Una dictadura más que definida por la vía por la que se llega al poder, se define por las atribuciones que ostenta el mandatario sobre el orden político al cual llega a ejercer su acción de gobierno y a las que en virtud del mismo se apropia en negación a la participación e independiente de otros órganos del poder público.

Los países suramericanos durante el siglo 20 se han caracterizado por los constantes golpes de estado, especialmente entre las décadas de los 50 a los 80, siendo Venezuela uno de los estados más afectados por ese fenómeno impulsado por los intereses dentro de lo que se llamó la guerra fría. A pesar de las similitudes existentes en todo orden entre las dos naciones, es evidente que el vecino país desde la llegada al poder de Hugo Chávez en el año de 1999, sufrió una repentina transición de la apertura democrática hacia una dictadura democrática que ha mantenido al chavismo en el poder durante algo más de dos décadas, con consecuencias enormes a las libertades civiles y políticas del pueblo. Venezuela en su historia republicana lleva algo más de 65 años dirigido bajo la figura de la dictadura, con intervalos relativamente cortos de verdadero ejercicio democrático.

Por su parte, Colombia se ha caracterizado por ser el sistema político más estable en el mismo escenario, teniendo solamente el periodo entre el año 1953 a 1957 un estado excepcional derivado de la violencia política existente previa al periodo señalado. Aquí de esta mal llamada dictadura, a mi juicio, queda el reconocer que independientemente de las presiones y de los intereses de los grupos políticos, el ese entonces llamado dictador, opta por retirarse del poder dejando una junta militar que efectuara la transición pacífica hacia la democracia plena, con el convencimiento de que la experiencia de la violencia política, sirviera a los futuros gobernantes para no cometer los mismos errores. Evidentemente no sirvió.

Algunos quieren hacer ver el gobierno actual en Venezuela como el ejercicio de una democracia pura, de tendencia socialista mientras que la de Colombia la matriculan en la figura de una dictadura democrática de ultraderecha, lo que me lleva a pensar que en temas de la política, el actor sea usted o yo, miraremos a la forma de gobierno con la lupa de la experiencia, de los valores y de los principios nacionales que tengamos impresos en nuestras mentes y en nuestros corazones, desde los primeros años de formación. Lo cierto es que sin importar la tendencia con la que se mire la natural inconformidad nos llevara a desear siempre que la política se mueva a la misma velocidad de los cambios de las sociedades, algo imposible mientras los intereses particulares, sectoriales o grupales se impongan sobre los de la colectividad, pues al final el estado, el que sea, siempre será un negocio y al quedar por fuera del mismo, lo miraremos como una dictadura.

*Miembro de número del centro de pensamiento libre
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