Revisión crítica del tema agropecuario y ambienta

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Foto de CONtexto ganadero

Revisión crítica del tema agropecuario y ambienta

*por: Octavio Cruz y Roberto Segovia.

Es bastante conocido que nuestra clase dirigente, la política y económica principalmente, sólo se interesa en sus propios beneficios de acumulación de capital. Por eso estamos realizando un esfuerzo grupal, como integrantes de una colectividad que aún mantiene las esperanzas en poder abrirles los ojos, para que entre todos encontremos la senda de un desarrollo social y económico general que pueda conllevar a un progreso de todos los habitantes de Colombia. Somos un país biodiverso, con demasiados talentos humanos y con recursos naturales que pueden aprovecharse con ingenio, decoro e inteligencia, en beneficio de toda la sociedad, para el buen vivir con dignidad de sus habitantes, trabajando con la naturaleza y no en contravía de sus ecosistemas.
Colombia no puede mantenerse devastando sus recursos naturales ni sus riquezas mineras y maderables en la Amazonía, Vichada, Guaviare, Chocó, Catatumbo, zonas que deberíamos mantener, determinar y catalogar como de reserva natural, como tampoco puede seguir haciéndolo en el resto de su territorio. No puede ni debe continuar destrozando los ríos con la aplanadora de la ambición empresarial y personal, ni avalando los miles de contratos y licencias mineras, cargadas de cianuro y de mercurio, tampoco puede continuar regalando su petróleo, carbón y gas al capital extranjero. No puede seguir importando 14, 5 millones de toneladas de alimentos, que fácilmente podemos cultivar y producir en nuestras regiones, poseedoras de suelos fértiles, los cuales nos llegan subsidiados de los países donde los compramos, beneficiando al final a solo 4 o 5 comerciantes locales, en desmedro del campesinado y del pueblo colombiano.
Con el pasar del tiempo, y tras los efectos negativos de tan malas decisiones, estamos permitiendo el deterioro sistemático de la biodiversidad, y de un medio ambiente único y privilegiado, que resulta de su ubicación espacial y geográfica sobre el trópico del globo terráqueo, y de estar cerca de la línea ecuatorial del planeta. Lo que obligatoriamente nos brinda condiciones climáticas y características especiales, que son ventajas comparativas ante otras regiones del mundo. Siendo hasta hoy poco aprovechadas; como tener una luminosidad diaria de casi doce horas, y por lo tanto una mayor capacidad de fotosíntesis de las plantas, de allí que tengamos y disfrutemos un mejor desarrollo vegetativo de los cultivos adaptados a estas condiciones naturales, la mayoría nativos y endémicos de esta parte del planeta, y otros muchos originados en sectores ecuatoriales del mismo. Cultivos que se adaptan bien a nuestras condiciones naturales; entre ellos papas, maíces, tomates, aguacates, frijoles, algodón, cacaos, piñas, quínoas, chías, plátanos, bananos, pimentones, cocos, lulos, guayabas, yucas, calabazas, soyas, arroces y un larguísimo listado de especies de cultivos de frutales, hortalizas, cereales, leguminosas y especies forestales hídroprotectoras, tipo guaduas y bambúes.
Igual sucede con el sector pecuario, donde podemos darles impulso a líneas de producción porcinas, avícolas, piscícolas, vacunas, equinas, caprinas, etcétera, que bien planificadas por pisos térmicos y regiones darían lugar a desarrollos agropecuarios de altísimo nivel de producción. Donde, contando con la investigación, la tecnificación y la industrialización, tendríamos que desembocar en formas y fuentes casi infinitas de riquezas y de empleos.
Pero la dirigencia nacional ha preferido importar excedentes agropecuarios subsidiados, traídos de otros países, al mismo tiempo que ha aniquilado las instituciones del Estado para el sector agro pecuario. Acabando con el INCORA, con el que debió hacer la reforma agraria, cerrando la Caja Agraria que vendía semillas mejoradas y daba créditos al campesinado, clausuró el INAT que adecuaba las tierras, al IDEMA que regulaba los precios y a CRESEMILLAS que se encargaba de clasificar y vender semillas mejoradas de variedades, híbridos y clones nacionales.
En lugar de hacer fractura hidráulica, para extraer combustibles fósiles, envenenar el aire y calentar la tierra, podríamos aprovechar todas las condiciones naturales que poseemos y que nos brindan recursos vitales para toda la humanidad. Usufructuar las fuentes y sistemas naturales de aguas dulces, repartidas a través de miles de cuencas hidrográficas de ríos y quebradas por todo nuestro territorio, que nacen en páramos y nevados con zonas de amortiguamiento en nuestras montañas, llenas de biodiversidad. Los colombianos tenemos selvas y manglares; árboles y animales, bienes y recursos naturales activos en la producción de nubes cargadas de humedad, para Colombia y el planeta, aire puro, poniendo en movimiento distintos ciclos de elementos químicos, haciendo funcionar el ciclo del agua y del oxígeno, por ejemplo. Somos dueños de un eco paisaje único. Nuestro paisaje es un componente fundamental del patrimonio natural y cultural, que contribuye a la identidad nacional y al sentido de pertenencia. Siendo poseedores de una fuente inagotable de recursos como el eco-turismo dirigido, lo ignoramos y desechamos.
Deberíamos ser una región del mundo líder en la captura de excesos de carbono, aprovechar los ciclos naturales del nitrógeno, fosforo, potasio y demás elementos químicos. Partiendo de conservar selvas y de detener la deforestación en territorios cubiertos de vegetación, en selvas vírgenes y bosques, mediante reforestación con especies forestales nativas o sucesión natural. En lugar de regalar y de feriar a extranjeros nuestras mejores tierras, y los recursos de la Altillanura y de los Llanos Orientales, podemos utilizar las fuentes de energía solar inagotable, la fuerza de las mareas, desarrollar la energía eólica y térmica, utilizar el hidrógeno para generación de energía. En lugar de mantener una guerra interna y a muerte contra los cultivos ilícitos, y contra las organizaciones ilegales que se desarrollan alrededor de ellos, de mantener fumigaciones aéreas con el venenoso glifosato, debemos hacer sustitución de cultivos, producción de energías renovables, y por lo tanto no contaminantes, utilizándolas en el transporte público y en la transformación industrial. Las alternativas de nuestro país son extraordinarias; la energía solar, hídrica, eólica, térmica y de las mareas, contando con la alternativa de los biocombustibles, incluso con energía producida a partir de los residuos orgánicos. todo lo anterior, complementado con la industria del Eco-turismo holístico.
A partir de la verdadera pandemia, la ocasionada por la destrucción de los ecosistemas en toda la tierra, debemos trabajar para equilibrar los ecosistemas naturales, en la conservación de las especies de flora y fauna, en el control de la erosión, en el manejo integral de las cuencas hidrográficas para regulación del volumen y la calidad del agua, en la producción agroecológica de alimentos para todos los colombianos vulnerables. Aprovechando los suelos, las aguas, la biodiversidad en beneficio de los habitantes y no de los bancos y el capital extranjero. Colombia tiene que ser para los colombianos, la producción de alimentos limpios debe ser en beneficio de la población. Debemos generar iniciativas creadoras de impulso al desarrollo de la agro industria y el comercio, pero respetando el equilibrio natural para evitar más virus, bacterias y plagas.
Exigimos revisar los TLC que afectan la producción agropecuaria y la soberanía alimentaria.

*Miembro de número del centro de pensamiento libre

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