Foto de Filosofía & Co.
*Por Germán Arias Jaramillo
En este estado de la Evolución Humana, donde se ha llegado a una evidencia cercana a La Verdad de que la Pandemia, el Holocausto que vive actualmente el ser humano, proviene de un “salto” del virus desde las especies naturales a la especie humana – descartando así la teoría conspiratoria- pero producto de la degradación del medio ambiente, en una relación directa de causa–efecto, vienen ahora, a través del Centro de Pensamiento Libre, a darnos la difícil tarea de encontrar un camino hacia una mejor forma de vivir en sociedad, hacia un estado de vida basado en la equidad y la distribución justa de los beneficios y oportunidades que debe brindar el vivir en comunidad. (1) La Distropía al final de la Utopía – José M. Borrero Navia
En esa búsqueda, la Equicracia ha llegado a identificarse como un estado ideal de gobierno caracterizado por la igualdad de oportunidades, de derechos y deberes, en la cual todos puedan participar armónicamente y en el que la inclusión e integración entre los seres humanos y la naturaleza sean altos objetivos de los sistemas de gobierno y de los Estados. Para lograr ese objetivo se hace necesario hallar un método, un programa armónico que muchos sigan hacia el objetivo común.
Esa búsqueda ha conducido a repasar el pensamiento de los grandes filósofos de la Humanidad, Sócrates, Platón, Aristóteles y otros. Dentro de ellos ha brillado con luz propia el Gran Diógenes de Sinope El Perro. También llamado Diógenes El Cínico.
¿Y por qué un personaje de estos, muchas veces catalogado de siniestro, puede iluminar el camino a seguir en este momento histórico de la vida, en particular de la colombiana?
Primeramente porque la realidad en la que vivimos es que se ha llegado a un estado de barbarie de proporciones descomunales. La corrupción gubernamental, la inversión de valores, el narcotráfico, el constante fortalecimiento de las élites dominantes, en especial las del sistema financiero, y la indiferencia colectiva hacen pensar en la necesidad de un comportamiento ciudadano radical, de un cambio, “un salto” cuantitativo y cualitativo en el sistema de gobierno y de las instituciones todas que rigen el destino de esta joven república. En general, de una nueva forma de vida.
Así, Diógenes viene a ser un referente significativo, un ejemplo de rebeldía, un maestro del comportamiento contra la opresión a través de una actitud ejemplar, el cinismo, y su escuela clásica. Ése es el método hacia el objetivo ya trazado.
No le importó a Diógenes el “Qué dirán”, simplemente se rebeló contra el sistema social y de gobierno de su época en la Grecia Antigua. La única fuente válida para su conducta fue el Oráculo de Delfos, el mismo que le recomendó el cambio del valor de la moneda como forma de ser famoso, ocasionándole así la pena del destierro. Pero no lo hizo para ser famoso, fue una forma de expresar su total rechazo a las leyes de la sociedad, a la moral existente, retando así las tradiciones y las leyes culturales. Despreció las bases de la sociedad y se identificó como “ciudadano del mundo” y no de una república. El cuestionar las morales públicas le convirtió en toda una leyenda y en el símbolo de la libertad y la felicidad. Vivía en un barril en la plaza pública que iluminaba con una antorcha, significando así su búsqueda de hombres honestos. El Gran Alejandro Magno llegó a decir de él: “Si no fuera Alejandro, hubiera querido ser Diógenes!”.
Ya se han practicado otros variados métodos. Vivimos seis décadas de rebelión con unas consecuencias atroces, catastróficas. Víctimas por doquier, masacres, descomposición y la más radical inequidad. Ese método está proscrito por la violencia intrínseca, y porque las élites se encargaron de deshacer la esperanza de las comunidades hacia un nuevo amanecer de paz y reconciliación. Hoy vivimos un nuevo estado de rebelión total, en todas las latitudes.
Pero quienes creemos en los métodos de entendimiento civilizado seguimos en la búsqueda. Mucha fortaleza han adquirido los métodos de la Desobediencia Civil y la Protesta Social, pero algunos somos escépticos, no es para menos, si se conoce el fracaso de los métodos radicales y violentos como la rebelión, que también rechazamos. Por ello, en esa búsqueda viene a surgir Diógenes El Loco como un guía, un ejemplo y un método de reacción no violenta contra la opresión y el despotismo gubernamental.
Hacia la Equicracia: Diógenes el Loco y el Cinismo como método!
Colombia Patria Libre de Despotismo y Opresión!
*Miembro de número del centro de pensamiento libre
Junio 29 de 2020
