Desesperadas como estaban, al final de los años noventa, las élites económicas y políticas de Colombia, y las menciono y ubico en ese especifico orden porque las primeras dominan y manipulan a las segundas, a raíz de la difícil situación que les estaba ocasionando el conflicto interno, a donde las habían llevado y arrinconando una declaratoria de guerra a muerte y sin cuartel por parte de los grupos guerrilleros del país, donde éstas, las élites, tuvieron que tomar una opción que ahora tiene al país al borde de un estercolero ético y social sin precedentes ni antecedentes.
Esa opción era buscar, y encontrar, una alternativa más violenta que la violencia que les estaban declarando y aplicando, y que por las circunstancias, también debía ser otra declaratoria de guerra a todo lo que se les pareciera u oliera a guerrilla, izquierda o comunismo, así tuvieran que incluir, satanizar y llevarse por delante, con esa decisión, a todos los movimientos políticos democráticos con tintes socialistas y hasta liberales, cuando debieron optar, como la mejor alternativa, abrir la “caja de pandora” que les estaban ofreciendo, como solución, los narcotraficantes de drogas ilegales, y demás grupos antisociales, entre aquellos los acumuladores de tierras, quienes también venían sufriendo con los daños colaterales que esa declaratoria de guerra les estaba generando.
De esa decisión y opción fue que surgió el nombre de Álvaro Uribe Vélez, un poco conocido personaje, que venía haciendo sus primeras prácticas políticas en el departamento de Antioquia, entre ellas habiendo ejercido una fugaz alcaldía de Medellín, de la que fue retirado por el gobierno de Belisario Betancur al comprobársele algunas relaciones poco santas, y después como director de la Aeronáutica Civil, de donde salió perseguido y acosado por escándalos de colaboración a los narcotraficantes, autorizándoles la construcción de pistas de aterrizaje para sus aeronaves privadas, de las que luego se supo salieron innumerables embarques de drogas ilícitas, que los impulsaron a adquirir el poder económico, social y político que ahora poseen, que sin embargo no le afectaron su meteórica carrera política, pues a pesar de esos actos terminó siendo aceptado y arropado por uno de los partidos tradicionales, el Liberal, en el, en ese entonces, también cuestionado gobierno de Ernesto Samper, quien llegó a la presidencia en 1.998 emproblemado por los escándalos del conocido proceso 8.000, a razón de haberse determinado recibir recursos de los narcotraficantes; partido con el que Uribe llegó al senado en ese periodo, para después, como disidente de ese partido, y con el apoyo de las fuerzas más conservadoras, además de otros intereses, crear el movimiento político denominado Primero Colombia, con el que alcanzo la presidencia en el año 2.002, repitiendo luego en el 2.006, después de modificar fraudulentamente la Constitución que prohibía en Colombia la reelección.
No siendo estos acontecimientos la única razón del marcado deterioro moral que padece Colombia, si se puede asegurar que estos hechos marcan el inicio de una mayor degradación ética y social de todas las sociedades dentro de su territorio, sin poderse vislumbrar cómo será el desenlace final ante tanta inmoralidad y corrupción a la que está siendo sometida la nación.