Crímenes de odio: femicidios descartables

 
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En Argentina, desde la creación del Informe Anual del Observatorio de Femicidios del Defensor del Pueblo de la Nación, se registraron 841 femicidios. En un gran porcentaje de ellos, la víctima fue desechada en algún lugar asimilado con la suciedad, basura o mugre; o bien en aguas putrefactas en las cuales nadie querría zambullirse.
El cuerpo de Silvana Miño fue hallado flotando en el arroyo de Wilde en Septiembre de 2017, luego de estar ocho meses desaparecida. Se convertía así en una de las 280 víctimas de femicidio en ese año. Dos meses más tarde llegaba el juicio por el crimen de Melina Romero, quien en el momento de su desaparición, en 2014, había sido estigmatizada por los medios de comunicación. Su cuerpo fue descubierto envuelto en dos bolsas de basura, en un predio perteneciente a la Ceamse, a metros de un brazo del río Reconquista y el Camino del Buen Ayre.
El cuerpo de otra víctima, Lorena Romero, fue encontrado desmembrado flotando en el río Paraná, a unos 80 kilómetros de la ciudad de Reconquista. Había ido al kiosco a hacer un mandado para su mamá en Junio de 2019, y nunca volvió.
Ni Silvana, ni Melina ni Lorena serían las últimas víctimas que la corriente traía: el cadáver de Cecilia Basaldúa, una mochilera desaparecida buscada durante 17 días, fue localizado cerca de un arroyo, en un campo ubicado en las inmediaciones de un basural. Fue violada, estrangulada y desechada.
Estos crímenes de odio dejan al descubierto la violencia machista y patriarcal expuesta en su más extrema crueldad: el significar el cuerpo femenino un objeto de propiedad y de posterior descarte. Como se tira una bolsa de basura, con desprecio, sin importancia. Así se desechan nuestros cuerpos, devueltos al sistema de recolección de residuos donde se cree pertenecen, a la basura. Muchas otras veces envueltos en estas bolsas, enteros o a pedazos, son arrojados y descartados en algún arroyo, zanja o río; para luego desaparecer, con la esperanza de que la corriente de esta agua sucia se los lleve junto con la impunidad de los agresores.
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