14 mayo 2020
Cuando era un niño me enseñaron que equivocarse, haciendo siempre las cosas mal, tenía consecuencias. En la charla-e de anoche con un grupo del ayer, cuando lo contaba, un chaval de unos 40, hijo de uno de los ilustres video llamados, alzó su voz y dijo:
“¿Estás seguro de eso, Enrique?. Eso sería en tu tiempo, cuando te lo contaba tu abuelo, pero hoy es casi un mérito. Políticos corruptos, jueces injustos, curas pederastas, parejas infieles, fiscales lacayos, Banqueros corruptores y corrompidos, Constructores conniventes … ¿Estás seguro, Enrique, de que en ellos están teniendo consecuencias sus actos?”
No supe que contestarle, el muchacho tampoco lo esperaba, en su pregunta iba la respuesta. Tampoco lloré de modo aparente, pero quizás ante su pregunta-protesta, debiéramos hacerlo todos de un modo sonoro y plantearnos alguna pregunta más también de difícil respuesta, que seguro a todos se nos ocurre, tanto la pregunta, como su olvidada respuesta.
Imagen: Pedro Luis Raota
Fuente: etfreixes.blogspot.com
