Se suele creer que los detectives privados son un lujo de las altas esferas. Ese tipo de personas que cuentan con el dinero suficiente para costear todos los honorarios del detective en cuestión. No obstante, esto no es verdad. Los servicios de una investigación privada no están reservados para unos pocos; de hecho, es todo lo contrario.
Por fortuna, hoy en día, tanto particulares como empresas, saben que un detective privado les puede ayudar en gran medida para descubrir todo eso que se le oculta a simple vista. Incluso, la colaboración con personas de otros ramos, como los abogados, para aclarar temas jurídicos, han hecho que las personas vean a los detectives de otra manera.
Aunque muchos aún los relacionan con temas de infidelidad, gente que desenmascara a los infieles y mentirosos o como personas inmiscuidos en temas oscuros y turbios, la verdad es que esa es una máscara creada por el cine y la literatura. En el siguiente texto te explicaremos todo lo que debes saber sobre esta particular profesión y cómo pueden ayudar a empresas y particulares.
¿QUÉ HACE UN DETECTIVE PRIVADO?
Aunque la imagen de estos profesionales esté ligada más que todo al mundo amoroso, la verdad es que hoy en día son muchas las empresas que se hacen a sus servicios con el fin de demostrar fraudes. De la misma manera, son muy cotizados para resolver ciertos tipos de conflictos familiares o de pareja, situaciones donde se buscan pruebas sobre infidelidades o declaraciones de insolvencia de cónyuges en proceso de divorcio y custodia.
La real cuestión del asunto es que la mayoría de casos se centra en aclarar engaños, localizar a personas morosas y develar fraudes a gran escala en empresas, así como investigar accidentes falsos en los espacios de trabajo, con los cuales se busca engañar a las aseguradoras.
DETECTIVES Y EMPRESAS
Las empresas, como ya hemos dicho, son unos de los mejores clientes de los detectives. Este es el caso de las aseguradoras, donde a diario sacan a la luz situaciones que podrían significar pérdidas por mucho dinero. De la misma manera, este servicio se utiliza, y en estos días con mayor frecuencia, para perseguir las bajas fingidas de trabajadores.
Esto es algo que ocurre muy a menudo en las empresas, y es que los empleados suelen hacer todo tipo de triquiñuelas con el fin de sacar dinero por parte de la compañía donde trabajan. Uno de los puntos malos de esto es que, al investigar a una persona, todos a su alrededor también deberán ser investigados para corroborar que es un caso aislado, como suele ser, y no algo que se haga a gran escala. Esto es malo porque perjudica sobremanera la confianza que se pueda tener para con los empleados, además de ser una pérdida de dinero y tiempo.
Del mismo modo, los detectives privados pueden prestar sus servicios en labores de vigilancia y seguridad. En este caso, por ejemplo, alguna empresa puede hacerse de sus servicios con el afán de que vigilen una exposición o eventos especiales, ferias, congresos donde acudan gran número de personas y hoteles.
DETECTIVES Y PARTICULARES
Como ya dijimos, los detectives pueden ser contratados por particulares para develar casos de infidelidades, pero también son los encargados de investigar los llamados “delitos perseguibles”, siempre que sea a instancia de la parte legitimada en el proceso penal. En este caso, los detectives se encargarán de juntar todas las pruebas que existan para atar bien un juicio y lograr los objetivos que se buscan.
Ya sean pruebas legales, evidencias incontestables y testimonios firmes que las fuerzas del estado no siempre pueden encontrar debidamente. Algunos de los delitos donde un investigador privado puede prestar sus servicios son: abusos, acoso sexual o agresiones de diferente tipo, amenazas e injurias, relevación de información secreta, impago de cuotas y prestaciones a los hijos o cónyuges, delitos de propiedad intelectual y, claro está, todo lo relacionado a la muerte causada por imprudencias leves.
Fuente: madridpress.com