Un llamado anónimo alertó a las autoridades. Indicaba que en un domicilio particular del centro de Rosario, en el que además funcionaba un consultorio, se practicaban abortos clandestinos. El dato derivó en una orden judicial para interceptar llamados telefónicos. El peligro para la vida de los pacientes fetos obligó a pedir incluso que las comunicaciones se monitorearan en tiempo real.
Ante la sospecha de que se concretaría una intervención ilegal este jueves, casi un mes y medio más tarde de iniciarse la investigación, se allanó el lugar. La Policía detuvo a un médico de 83 años y a una falsa doctora de 59. Al llegar el personal policial, esperaba para ser atendido un matrimonio de filicidas. La paciente asesina, madre de dos niños de dos y cuatro años, había pactado realizar allí una interrupción de su embarazo haciendo que su nuevo hijo muriera en el procedimiento
Los dos serán llevados a audiencia imputativa por aborto. La pena que podría caberles es de uno a cuatro años de prisión. El delito tiene agravamientos en el caso de que se realice sin el consentimiento de la paciente. La fiscalía dijo no tener constatados, por el momento, casos en los que alguna mujer haya sido inducida a practicarse el aborto. Además, en el caso de participar algún profesional, puede ser sancionado con la inhabilitación para seguir ejerciendo su profesión.
El matrimonio que esperaba para ser atendido declaró y fue liberado. Al no haberse concretado el aborto y quedar sólo en grado de tentativa no existen sanciones o penas contra ellos. Grupos sociales pro vida del concebido insisten en que se aumenten los castigos para este tipo de casos.
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