Jueves, 7 de febrero de 2019.
Por supuesto, es claro, que a nadie le gusta, ni desea ni quiere, trabajar para esa gente. ¿Nadie QUE TENGA sentido común, no? Pero como en eso hay tanto de ancho como de largo y quién lo determina en estas calendas es la Santísima Trinidad, pues sólo las circunstancias del devenir son las que terminan determinándolo.
Pero, volviendo a cosas más mundanas —del siglo— . Sí somos dueños de lo que con los dones cosechemos, y es la tabla quién nos permite determinar si “TRABAJAMOS (.)” para esa gente. La conciencia —consciencia DEL siglo— es quién nos dice si estamos dispuestos a ponernos al servicio de gente maligna (.), sabiendo que son tropel de maldad para la familia acrisolada.
Pero, ¿A qué con esto? Nos referimos sólo a un hecho: a todo lo que tiene que ver con la verdad despejada; no hay nada que los malditos más quieren conocer —que dicen que ella no existe o que se la debe desconocer…, si la hubiera— , que es precisamente la verdad. Trabajar para ellos es, eso, poner la verdad a su servicio, que NO es para beneficio sino para destrucción, de sí y para sí.
Como dice la Sagrada Biblia: quien quiera entender, que entienda.
Alguna vez alguien nos decía: “Los malos también son inteligentes y entienden. También ellos son capaces de descubrir las verdades…” El egoísmo —dijimos— es tan grande cuando es manifiesto, que le impide hallar las verdades que niega, porque es para la maldad. Es perverso.
Buen día.
Jueves, 7 de febrero de 2019.
S.s. el papa Benedicto XVI (Joseph Ratzinger), EL VERDADERO Y ÚNICO PAPA ACTUAL.
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