El idioma es algo grato, excelso, pero que por obra de la gente perversa que parió el infierno para estos tiempos le ha puesto en situación similar a la de los tiempos de los primeros monasterios, aquella época… conocida como tiempo del obscurantismo. El buen cerebro entiende de lo que eso trata; y…, en realidad no tiene nada de pamplinas.
Uno puede rastrear las cosas según las ideas que ponen en el aire. Vemos por ejemplo, que “bur alá”, muy, muy, muyii lejos (.), los titiriteros de oficio NO saben nada en realidad de lo que hay.
Pero es que hay otros aspectos que las harpías tanto de por allá como de por acá, también desconocen, y es que ellos, esa gente, sólo aprendió a manejar el cuento que extendieron del enigma y que finalmente terminaron comiéndose completito. ¡Eso sí son PAMPLINAS!
Buen día.
Jueves, 24 de enero de 2019.
S.s. el papa Benedicto XVI (Joseph Ratzinger).
P.D. Y que conste que nosotros NO nos casamos con eso.
Fuente: www.google.com.co
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