Viernes, 2 de noviembre de 2018.
Sin extendernos más de lo necesario. No hay que dar al enemigo lo que no se debe.
Fundamentalmente, como dijimos arriba, hay tres: 1) la frustración apoyada en aspectos externos, 2) la que se apoya en deseos y 3) la que se apoya profundamente dentro nuestro. Cada una de ellas posee su propia naturaleza y fuerza…
A) Cuando nos apoyamos en aspectos externos operamos sobre criterios extraños a nuestra naturaleza, pero de carácter físico, o lo que comúnmente definimos como cosas profanas o propias de este mundo. RECUERDE que NO nos estamos refiriendo a ningún diosecillo desos que abundan por estos días y que no valen ABSOLUTAMENTE NADA.
B) La que se apoya en juicios de carácter técnico —de los pseudoprofesionales— , pero que en lo demás gravitan en el mundo de lo económico:
B.1) Consideran que para ser o hacer algo necesariamente tienen que poseer dinero
B.1.1) A cualquier costo
B.1.2) Donde sea
B.1.3) Con quién sea
B.1.4) Y como sea.
C) Y finalmente la que por cualquier razón que sea, se apoya profundamente dentro nuestro. Por lo regular son cosas de las que el mundo rara vez se entera; se hallan arriostradas en nuestro espíritu, dentro del cual operan por
C.1.1) supervisión
C.1.2) Atención
C.1.3) Dirección
C.1.4) Y corrección.
Todo ello (lo anterior), nos estructura cuando se halla en su estado activo.
Sí,… pero no es el caso cuando se suceden.
Bien, pero esas tres tipos no son sino los subjetivos. Los que operan dentro de lo que nos atañe. Porque por fuera hay otros de los que no viene al caso hablar aquí. Las otra, en número de alrededor de cuatro, deberá buscarlas Ud.
Buenas noches.
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