Es la gravitabilidad del pensamiento (el razonamiento) en torno, encima de la comprensión —o pseudocomprensión. Sea el caso,…— de las cosas, es para el ser humano lo que nos hace o permite emitir conceptos u opiniones respecto de cualquier tema; sobreentendiéndose que el sufijo “bilidad (del sufijo bil/ble: “que se puede” o “que puede”)” especifica, “sinecuanon”, que al tema en cuestión se le tiene que dedicar un tiempo mínimo para al menos medio comprenderlo/discernirlo un poco; uno no puede pretender definir algo si no ha hecho algo de este ejercicio.
Alguna vez me comentaron algo acerca de mí y mi forma de procesar el pensamiento —no es del caso decir acerca de qué— . Les respondí: “Yo NO hago trampa, si acierto es, o porque soy muy concienzudo con mi razonamiento, o que Uds. NO lo son. En cualquier caso la culpa no es mía, sino suya”.
Los aciertos de la persona derivan siempre de su respeto a la verdad. Si marra, es precisamente por los irrespetos que haga a la verdad. Hay, por ahí, un cuento, una fábula que habla de que el que se condena se va al infierno por efecto de su propia culpa, algo que por supuesto desde la BASURA MALPARIDA esa que metieron al Vaticano hasta SUS HIJUEPUTAS MAFIOMASONES COMPINCHES (.) jamás quisieron entender.
No nos gusta utilizar una palabra, una frase o un discurso, nos abstenemos de recurrir a ellos si notamos que exista alguna forma latente de ponzoña de víbora. Algo que por supuesto a los narcopodridocomasones no les gusta; a ELLOS sólo les sirve que Ud. repita como LORO y LOCO…
Bien. Ahora, algunas cosas curiosas.
¿Sabía Ud. que la palabra “Chusma (Doña Fodonga a ron Damón)” proviene del Griego? De “Sûgklys”: “juntado en tropel”.
Pero la mejor definición —Una lógica más extensa, por engorrosa, no la incluimos aquí— . Es: “Alimaña que medra entre la manigua”.
Dirty!